Alimentación Planificada

En otros artículos he escrito en referencia a la dependencia que tenemos de las transnacionales de alimentos en nuestro país, desde las semillas que sembramos, hasta lo que se vende en los supermercados es producto de una transnacional, sin ellas no nos alimentaríamos.

Habrá quien asegura que hay productos nacionales en los anaqueles, pero ¿De dónde salió la semilla de lo que está en ese frasco? ¿De dónde traen los conservantes y químicos que se usan en el procesamiento de los mismos? ¿De dónde vienen algunos de los cereales que se usan para el alimento concentrado que comen los animales que terminan en nuestras mesas?, es toda una cadena de dependencia, de la que no es fácil salir pero tampoco imposible, seguramente es un trabajo que tomará años, es una tarea que hay que empezar a solucionar de inmediato pero sabiendo que los resultados se verán a largo plazo.

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Si la importación de semillas o agroquímicos, o de ciertos alimentos ya procesados se suspendiera, entraríamos en un caos, pero definitivamente la PLANIFICACIÓN de una estrategia que nos haga salir de esta dependencia que tenemos, es necesaria.

Estoy seguro que unos pocos detrás de las grandes corporaciones transnacionales, han planificado desde hace muchos años y se han preocupado porque sus próximas generaciones sigan con el plan de estandarizar la cultura global, para hacer que todos comamos lo mismo y que ellos puedan tener el control sobre los medios de producción y así poder controlar a la humanidad, entonces nosotros estamos en la obligación de hacer lo mismo pero con el fin de desprendernos de la dependencia hacia las grandes corporaciones.

Debemos aprender a planificar dónde y qué producir, cuál es el potencial productivo de cada una de nuestras regiones, dónde tenemos aún semillas autóctonas, cómo cambiar nuestra cultura alimentaria para desprendernos de la cultura global que nos hace esclavos, cómo hacer que los centros de producción de alimentos estén mas cercanos a los centros de consumo, como redistribuir la co-responsabilidad que tenemos todos en la producción de alimentos, cómo educar a nuestro pueblo para que coma diferente y aprenda a producir.

Definitivamente hay que planificar y desarrollar una estrategia que a largo plazo nos permita alcanzar la soberanía alimentaria, sabiendo que desde la semillas hasta el plato en la mesa debe ser de producción nacional.

Llegarán los expertos en el desaliento con sus teorías y grandes títulos universitarios a decir que eso es imposible, que si las semillas tienen que tener un control estricto porque si no, se puede originar una pandemia, que si no tenemos tierras aptas suficientes para producir x o y, pero aquí hay cómo, dónde y con qué, solo que, el con quién, se debe organizar, capacitar e impulsar para que las cosas se hagan y no se queden en el papel, escritas y guardadas en una gaveta.

La planificación debe ser articulada, entre quien regenta la alimentación, la producción, las tierras y el agro y la educación, y quien tiene la capacidad de regular la información que se transmite en el país, porque no puede ser un plan que salga solo de uno de estos organismos, todos ellos tienen que convertirse en uno, para que se tomen en cuenta todos los aspectos y se organice una tarea en conjunto para que la planificación tenga un efecto positivo.

Por ejemplo:

El Ministerio de Educación debe generar un plan de formación de la cultura alimentaria para que nuestros niños y niñas crezcan aprendiendo a comer y a producir lo que se comen, pero no transversalizando los contenidos, sino creando asignaturas específicas.

El ministerio de educación superior debe generar un plan de formación para los maestros que enseñarán a nuestros niños y niñas en las escuelas.

El Ministerio de Agricultura y tierras debe descubrir las semillas autóctonas, estudiar el potencial productivo de cada región del país, para que en articulación con educación se sepa a ciencia cierta qué se debe enseñar en nuestras escuelas para que en el futuro esos niños desarrollen el potencial productivo de nuestro país.

El Ministerio de Alimentación debe especializarse en procesamiento de alimentos para generar una industria alimentaria desarrollada, y poder en articulación con educación generar planes de formación que enseñen a nuestras niñas y niños a procesar la materia prima nacional.

Luego el Ministerio de Producción y Comercio debe articular con todos para organiza todo lo que tiene que ver con empaques, cadenas y estrategias de distribución de los alimentos  procesados.

También se debe tomar en cuenta el papel que juegan los medios de comunicación en el comportamiento de los patrones de consumo de los seres humanos, y así poder generar campañas comunicacionales masivas, agresivas y efectivas para influir en los patrones de consumo actuales y sustituirlos por los que requiere nuestro desarrollo como sociedad que aspira a la soberanía alimentaria.

Y por último el Ministerio de Planificación debe orquestar el plan a largo plazo tomando en cuenta la articulación que debe haber entre todos los entes responsables en alcanzar la soberanía alimentaria.

Por supuesto, esto no es más que una locura más de las que escribo, pues no soy sino un insignificante cocinero que no tiene voz ni voto en las estrategias que se deben planificar, pero, de que hay que organizarse, ¡hay que organizarse!, la planificación no debe seguir basándose en planificar cuánta semilla debemos importar, cuánto ganado o semen debemos importar, cuantos pollos faltan para importarlos etc., etc., etc., creo que debemos ir mas allá, al fondo del problema, para encontrar una solución a largo plazo y no una solución mientras que hayan dólares.

¿Cómo se puede ser soberano si no somos autosuficientes y no nos organizamos y capacitamos para serlo?

El petróleo mas que una bendición ha sido un obstáculo para nuestro desarrollo, pues somos niños ricos que no sabemos sino pedirle plata a papi para comprar lo que creemos necesitar, y ni nos hemos preguntado nunca qué pasará cuando papi ya no esté, porque cuando papi petróleo se acabe las grandes corporaciones ya no tendrán ningún interés en venderle al que no tiene con que pagarle.

DesdeLaPlaza.com /Rómulo Hidalgo