Claves para llegar al nivel 1000 de Candy Crush

Paciencia, desafíos, amigos incondicionales, superar obstáculo y encontrar el lugar y el dispositivo ideal, son claves para llegar bien arriba.

Candy Crush se convirtió en uno de los juegos más populares de los últimos años, pero como todos los grandes éxitos, tiene un pico de auge y depresión. Hoy, muchos de los que comenzaron con el entretenimiento de King lo han abandonado. Muchos, en cambio, siguen la carrera hasta niveles que nunca terminan (los realizadores agregan dos niveles por quincena). Aquí, algunas de las claves necesarias para llegar hasta el episodio 1000... que ni tiene premio y ni siquiera es el final.

Paciencia

Lo primero que hace falta para llegar al nivel 1000 del Candy Crush es mucha paciencia, una buena dosis de suerte y utilizar un alto porcentaje del tiempo ocioso combinando caramelos. ¡Delicious! Ni cine, ni series, ni libros, ni diarios ni revistas, ni otros entretenimientos menores o mayores deben ocupar más de nuestro descanso que el juego.

Desafío contrarreloj

Candy Crush no es como una partida de ajedrez, ni siquiera de sudoku, en los que hay muy poco librado al azar y mucho para el dominio de estrategias o combinaciones posibles. En el juego creado por King el asunto es a base de puro tiempo, y de contar con una buena cantidad de amigos dispuestos a dar la vida por uno cuando hace falta.

La mejor opción

Hay que decirlo: las tablets son el mejor lugar para avanzar al Candy Crush. Incluso los smartphones más grandes son pequeños, una tortura para los que tienen dedos gordos o mala vista (una combinación de los dos deja afuera a cualquiera); las computadoras de escritorio limitan el espacio/tiempo para dedicarle a la competencia; las notebooks sin mouse tampoco son tan apropiadas, con las incomodidades del mousepad que dejan al jugador al borde del error de cálculo a causa de un posible dedazo.

El baño es el lugar más productivo

La paz sobre el inodoro, en esa especie de cono del silencio personal, permite abstraerse del mundo real para meterse en el mundo mágico de los caramelos combinados.  No hay niños dando vueltas ni cónyuges dando órdenes. Es la tablet (o el celu) y uno, dispuestos a evacuar todos los obtáculos.

El valor de la amistad

Los amigos están cuando  uno los necesita.  Los amigos de Candy Crush cuando uno se queda sin vidas en un momento crucial: o enfrentado a un desafío imposible, o en la carrera por muchos niveles en continuado (que provoca una adrenalina especial), o en la imperiosa necesidad de desbloquear una etapa. Esos amigos pueden coincidir o no con los de la vida humana (pueden, incluso, ser apenas conocidos que comparten Facebook). Eso sí, lo que ocurre dentro de Candy Crush, muere en Candy Crush (es como Las Vegas, pero sin sexo, drogas ni rock and roll). Están para dar y recibir, desinteresadamente, vidas o en su defecto movimientos extra. Una vida en Candy no se le niega a nadie.

Vivan los boosters

Para poder llegar cómodamente al nivel  1000 no se puede desmerecer el valor de los booster, aunque algunos finos jugadores pretendan desmerecer a quien los usa para seguir adelante: el martillo de piruleta para romper gelatinas rebeldes o la manito roja para cambiar de lugar un caramelo, pueden salvar a cualquiera de la rutina o desbloquearlo en las etapas más complejas.  En líneas generales, son los más efectivos siempre, aunque haya otros interesantes que de acuerdo al nivel en juego  tienen mayor o menor incidencia.

Superar las adversidades

Para  llegar tan alto en el Candy Crush hay que superar algunos niveles insultantes. Unos, por ejemplo, se resuelven únicamente por la fortuna en que los caramelos caen en el tablero desde el inicio. El enojo que provoca esa falta de desafío casi se equipara a aquellos niveles de relleno que suelen seguir a los más complejos, en los que el jugador se puede mantener durante días o semanas encerrado en el laberinto. Justamente esos son los que también pueden llevar al jugador a decidir abandonar el juego en algún momento. Si están muchos días en un mismo lugar, tengan la certeza de que en un momento, casi por azar, la cosa se destraba. ¡Sweet! No hay explicación.

Los obtáculos

A esta altura del juego, los pochoclos son los más difíciles de sortear (están en cuadraditos a los que hay que golpear tres veces); le siguen algunas llavecitas para abrir cajas fuerte con caramelos clave y los remolinos que no se quedan quietos y desbaratan planes. Por lo demás, el peor de todo es la impaciencia: incluso los niveles que parecen perdidos pueden tener una solución en los movimientos finales. No hay que darse por vencidos ni aún vencidos.

El horario ideal para jugar al Candy Crush

No es la madrugada: después de la medianoche, son muy pocos los amigos conectados que pueden colaborar con nuestra carrera. Si uno elige ese momento, es a sabiendas de que será en solitario. Tampoco en horario laboral, porque nadie debería usar tiempo de trabajo en el placer de acomodar caramelos. Después de la cena y antes de dormir, es lo más común.

Los 1000 en el 1000

El nivel 1000 del Candy Crush entusiasma por el reto de cosechar mil caramelos azules, mil caramelos verdes y mil caramelos naranjas. El desafío de hacerlo en sólo 30 movimientos lo vuelve emocionante, pese a que la suerte juegue más que uno, espectador de la combinación aleatoria de candies en el tablero. La satisfacción mayor resulta de haber llegado hasta ahí.