Se confirma presencia de fantasmas en comisaría argentina

El extraño caso ocurrido con la joven cadete María Florencia Ledesma,  del que ya comentamos en Desde la Plaza, confirmado por al menos una compañera y una superior, provocó que oficiales de la Policía Federal confesaran que durante su preparación educativa en la escuela «Comisario General Juan Ángel Pirker» vieron aparecer fantasmas en esas instalaciones.

Un subcomisario de la fuerza que actualmente se desempeña en una de las seccionales porteñas de la Federal contó al blog PolicialesAhora que «es frecuente» ver apariciones en la escuela de policías.

«Yo estudié hace ya más de 20 años, cuando todavía se llamaba ‘Ramón Falcón’ y lo que le pasó a esta camarada no es extraño. Es habitual que pasen estas cosas, aunque es la primera vez que escucho de un ataque. El 90 por ciento de los que pasamos por ahí vimos por lo menos una vez cosas extrañas. Y esto incluye a comisarios, comisarios inspectores, mayores y hasta los generales de la cúpula. El que te dice que adentro no vio aunque sea una vez algo de eso está mintiendo«, arrancó este uniformado.

El subcomisario confirmó que en la Pirker suele aparecer el abanderado decapitado, pero agregó otras apariciones y sucesos misteriosos que hasta no hace mucho tiempo quedaban como anécdotas y no pasaban las paredes del instituto de formación policial.

«Adentro solía aparecer una nena chiquita que te llamaba para jugar y después desaparecía o a veces simplemente se ponía a llorar. También un cadete bombero que siempre se aparecía cerca de la autobomba y el ruido como de policías marchando en plena noche cuando todos estaban durmiendo. Algunos hasta hablaban de que alguien les estiraba las sábanas y a más de uno se le abría fuertemente el looker y te juro que no había nadie que fuera responsable de una posible broma«, contó al blog el subcomisario.

El oficial explicó que «nadie se animaba a contar estas cuestiones abiertamente a los jefes, porque te podían creer loco, te daban la baja y ahí te despedías del sueño de toda la vida de ser policía».

«Yo vi a la nena llorando dentro de la escuela y juro que no había ningún chico. No estoy loco, no sufro de alucinaciones, estoy apto para usar un arma y jamás maté a un civil. Es más, algunos cuentan historias similares de apariciones en comisarías o en puestos a custodiar. No es mi caso, pero a muchos les pasó. Yo creo en esas cosas, aunque no me sugestiono», contó.

Por otra parte, el revuelo que provocó el ataque a la cadete fue tal que muchos compañeros y hasta superiores piensan en traer a un especialista en estas cuestiones para que «limpie» el lugar.

DesdeLaPlaza.com/Diario Uno/AMH