Vivir en pareja y no fracasar en el intento

Siempre hemos escuchado que la base sobre la que se forman la pareja es el enamoramiento. Enamorarse es una emoción que tiene un fuerte componente de pasión, afecto, ternura acompañado de un buen sexo. Sin embargo, esa emoción que me llevo a iniciar la relación es pasajera, está sometida a la ley de la habituación.

Todos sabemos que el enamoramiento pasa y algunas parejas, basadas solamente en esa emoción se disuelven, se pierde la ilusión; no sienten lo mismo al pasar el tiempo. Y sí a esto le agregamos factores crucial y básico como: la escasa comunicación, un entorno cargado de estrés sea por situaciones de enfermedad o desempleo, dificultades económicas, inestabilidad habitacional, problemas en la resolución de conflictos en la pareja o familiares, experiencias de infidelidad, entre otros.

Al escoger a la pareja se debe tener en cuenta que no sólo la atracción física es un motivo para unirse a un hombre o mujer, hay que evaluar los factores socio-económicos, políticos, religión, metas personales y profesionales, familia y amistades.

Entonces, ¿Cómo vivir en pareja y no fracasar en el intento?

Antes de dar un paso tan importante es necesario que se tomen el tiempo para conversar de algunos puntos que a veces el amor no nos dejar ver y la convivencia los convierte en verdaderos tormentos.

Para saber si dos personas están preparadas para empezar a vivir juntos y qué aspectos hay que tener en cuenta para que el resultado sea exitoso. Lo primero que se debe tener presente que la decisión de un proyecto común surja espontánea y natural de ambas partes. Porque si sólo uno de los miembros es el que está convencido de dar el paso y el otro puede llegar a sentirse presionado o cuando los motivos son fundamentalmente razones económicas o convencionalismos sociales es señal de que no es el momento.

También es importante dejar establecido que ambos continuarán con sus proyectos personales, vivir en pareja no implica en absoluto renunciar a sus planes de seguir creciendo profesionalmente, este es un error común que pasa en las parejas, se olvidan o prohíben seguir con estudios, trabajos o compartir con sus amistades. El punto de partida es respetar que cada uno tiene su vida, sus propios intereses y actividades, lo mismo que hacía antes de vivir con su pareja. Acá se le sumaria un caminar hacia un proyecto junto que, en ningún caso, ha de restar al proyecto personal de cada uno.

Es de suma importancia preguntarse: el para qué de esa relación y tenerlo claro ambos. A veces el para qué, no es el mismo y de allí empiezas las diferencias en la relación. Recordar que no se debe manejar bajo la premisa del sacrificio. Eso lo escuchamos en consulta muy seguido, parejas que reportan “yo sacrifique tal cosa por esta relación”, ese sacrificar pasa facturar más rápido de lo que se piensa.

Pero, ¿cuáles son las causas que llevan a una relación de parejas a que duren tan poco tiempo?

La discordia de pareja, conflictos por incompatibilidad de caracteres que pueden llevar a una baja del deseo sexual. La poca comunicación asertiva entre las parejas es una de las causas por las que se llega a esa discordia, no sé le expresa en el momento oportuno lo que me está desagradando en la relación. Nos unimos y todo comienza bien pero al pasar el tiempo, la convivencia, el día a día va agotando lo que al principio fue amor, pasión, respeto y compartir se queda en el olvido.

Hay conductas y situaciones que pueden interferir en el buen desenvolvimiento del precoito y del coito, y disminuir o evitar el ejercicio de la función sexual de la pareja, o limitar el acercamiento de aquellos entre los que hubo una primera atracción.

Otros elementos que llegan con la convivencia son los “repelentes sexuales”, los más comunes: mal aliento, flatulencias, mal olor corporal, eructos, interferencia de la suegra, ropa interior inadecuada, la tv, los teléfonos inteligentes y computadora, por sí solos o combinados pueden ser los causantes de una separación; todo dependerá de la frecuencia y continuidad con la que se presente la situación o la conducta.

Lograrlo es la meta

Todas las parejas aseguran que tienen un excelente nivel de comunicación, pero la realidad nos dice que este es precisamente uno de los principales motivos de consulta en las terapias de pareja. Y es simple, uno de los problemas que provoca esta incomunicación es que somos incapaces de ponernos en el lugar del otro.

Una pareja requiere dedicación y ponerse de acuerdo sin discutir, planificar, organizarse, evaluar, estar preparados para enfrentar los malos tiempos, saber escuchar, opinar sin dañar. Cuando hay situaciones que generan conflictos la responsabilidad es de ambos, y si un miembro de la pareja no modifica su conducta la relación será conflictiva.

Cuando hablamos de pareja es inevitable hacer referencia al buen sexo, por ser un componente vital de la relación. Una buena porción de intimidad ayuda a mantener un deseo sexual que a veces se tambalea con la rutina. El hastío en ocasiones llega con la falta de comunicación sexual. No expresamos lo que realmente nos gustaría recibir, ni las fantasías que queremos experimentar y, lo que no nos gusta o incomoda en las prácticas sexuales. Hay cosas que se hacen por complacer al otro aunque no sea de agrado o se está de acuerdo. El silencio es el peor enemigo de la pareja.

DesdeLaPlaza.com /Rina Morales Mera, orientadora en Sexología – @Rinamoralesmera