El viaje Astral

Un maestro que vive como un asceta dentro de una gruta, decide realizar un viaje Astral para ver a Dios, y lo encuentra

La noche se movía inquieta con el viento del desierto, el Maestro, dentro de la cueva se arropaba junto a la fogata, la noche estaba fría y por eso, tomó la decisión de realizar un viaje Astral.

Cerró los ojos, y concentrándose puso su mente en blanco, poco a poco su alma escapó de su cuerpo, vio la cueva, la noche ventosa, y su alma se elevó, se elevó, hasta que llegó a un lugar donde todo era luz, todo era brillo, y en el centro de esa luz, un ser luminoso, un ser que las palabras humanas no podrían describir. El Supremo, pensó el Maestro, me he de acercar para poder contemplarlo, pensó.

Se acercó lentamente, mientras una voz que contenía a todas las voces se escuchaba, el Maestro al principio no entendía nada, pero cuando estuvo más cerca, vio al Supremo que gritaba, agudizó el oído y empezó a comprender:

– SOY JEHOVÁ, EL ÚNICO, QUE CREÓ TODO DE LA NADA. . .

– NO,  MIENTES, SOY DIOS UNO Y TRINO, QUE SE HIZO HOMBRE . . .

– CALLA, SOY ALA, UNICO, CREADOR DE TODOS LOS SERES . . .

-CALLAD, QUE ESTROPEAIS EL PORTENTOSO SONIDO DE LA NADA

Y así los gritos se continuaban, el Maestro llenó de terror e incomprensión retrocedió, había un solo Ser Supremo, pero por los gritos parecían tres o más.

De repente un suspiro profundo y triste lo hizo volverse, sentado sobre una nube, estaba una especie de ángel, pero sus alas eran distintas y no tenía aureola, era Satán que con la cabeza apoyada en las manos murmuraba cosas que por la distancia él no podía escuchar, se acercó poco a poco hasta que escuchó el murmullo.

– Otra vez, de nuevo se contagió de la mirada esquizofrénica de la humanidad.

Y otro suspiro profundo se escapó de su pecho.

El Maestro se despertó de golpe, estaba de nuevo en la cueva, atizó el fuego, afuera el viento rugía furioso, se arropó y se prometió nunca más hacer un viaje astral después de comer lechón.

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