Historias de Amor VI: Año nuevo en ti

Dicen que el tiempo va apagando el fuego inicial, que el matrimonio arruina a la pareja, que el sexo va perdiendo intensidad

El reloj da las 12:00. Afuera se sienten los fuegos artificiales celebrando el año nuevo que inicia, te miro con los ojos cerrados abajo mío. Sé que no es el momento para pensar, pero mientras muevo mi cuerpo recuerdo días atrás la rutina cotidiana.

Sólo una semana antes miraba también su rostro, en el de ella como en el mío, se notaban los años bien vividos. Como cantaba Bagiletto: «Veinte años vivieron el uno junto al otro». Veinte años de trabajo placeres e hijos creciendo. Siete hijos cuatro nenas y tres varones, con esfuerzo y mucho trabajo. Con triunfos y derrotas. La vida fue compartida, escondida, aliviada, ultrajada. Nos fuimos fieles e infieles a cada uno y a nosotros. Sin embargo nunca pensamos dejarnos.

Los hijos fueron creciendo y el nido quedó vacío. Cada uno de ellos fue modificando nuestra solitaria rutina a distintos tiempos de nietos. Cada uno fue acrecentando y bajando los habitantes de la casa en distintos tiempos. El poco tiempo de pareja iba despareciendo por pocos momentos de soledad. La intimidad no se pierde ni se gana, se olvida. Eso pensé cuando me preguntó dónde pasamos el 31 a la noche. No le contesté de inmediato. Lo pensé y le dije: «Por qué no vamos a un hotel, los dos solos y recibimos el año haciendo el amor y brindado con mojitos cubanos.»

– ¿Y los chicos?

– Los chicos ya están grande.

– No sé, me dijo.

Un gemido de ella me trajo a la realidad, moviéndonos acompasadamente, dentro de ella, envuelto en su cuerpo, con dos mojitos en la mesa de luz del hotel, dije suavemente:

Feliz año nuevo amor.