Netflix: El asesinato de Gianni Versace

 En la serie la historia de Gianni Versace contrasta con la de su asesino

 

Hay algo que me gustó especialmente de El asesinato de Gianni Versace y es que cada capítulo puede verse individualmente. Aunque todos conforman una historia que se va construyendo a retazos, cada uno tiene un inicio y un desenlace que posee un cierre en sí mismo. La historia se construye en retrospectiva, comienza el día del crimen que se comete contra Versace y va adentrándose en el pasado para exponer las intenciones de los personajes. Sobre todo las del asesino. En la serie más que la vida del diseñador, se cuenta la de él. Cada capítulo es una capsula que aborda el periplo vital de Andrew Cunanan (interpretado por Darren Criss) sus crímenes e historias intimas hasta llegar al momento en que mató al famoso diseñador italiano.

Las historias retorcidas llaman la atención, generan curiosidad. Los genios del mal nos seducen y despiertan nuestro interés por conocer los posibles motivos y las explicaciones detrás de sus decisiones siniestras. Quizás por esa razón, Cunanan es el sostén de todo lo que acontece en la serie.

La calidad de esta temporada de American Crime Story es muy alta. No solamente por las impecables actuaciones de todo el elenco principal: Edgar Ramírez, Penélope Cruz, Ricky Martin y el muy impresionante Darren Criss. Además, debido a las participaciones especiales de actores notables como Judith Light.

La realización posee licencias artísticas que juegan muy bien con los hechos reales dándoles otro cariz. En cada capítulo hay una visión de la personalidad y psicología de los personajes que participan en él. Conocemos lo que les da carácter. Empatizamos con ellos y con sus problemas, los cuales están muy relacionados con el hecho de que (en su mayoría) son homosexuales y viven su sexualidad desde los prejuicios propios o ajenos.

La serie es, además de la historia de un crimen o de su asesino, un reflejo sobre las situaciones a las que estuvieron expuestos (¿y siguen estándolo?) los homosexuales en la década de los noventa al no poder vivir con naturalidad debido a las limitantes reglas sociales. Todos los personajes tienen en común alguna historia perturbadora sobre la soledad, el silencio y la frustración que vive una persona que no puede ser libre sexualmente, que tiene que esconder lo que le gusta y su forma de relacionarse.

Algunos personajes, incluyendo a Versace, mantienen una lucha continua por vivir siendo más que homosexuales, personas libres, otros sufren las consecuencias (a veces mortales) de mantenerse en el closet.

En la serie, la historia de Gianni Versace contrasta con la de su asesino. El primero, una persona trabajadora, constructor de su propia vida. El segundo, un vago y oportunista. De la cuna a la tumba vemos el rumbo del destino de ambos, lo que termina brindando una perspectiva interesante sobre el peso de las decisiones. También del azar, que mucho tiene que ver en nuestro destino, aunque nos empeñemos en decir lo contrario.

Aunque la serie no deja de sorprender en ningún momento, quizás extrañemos (particularmente me pasó) conocer un poco más de la vida y el alma de Versace, el lado bueno de la historia. A veces siento que se le da un protagonismo excesivo al mal encarnado en el joven psicópata.

Detallista y dedicada es esta serie sobre una obsesión y su cruel desenlace.

@luisauguetol