Partidos previos al Mundial estuvieron arreglados para favorecer a apostadores; la FIFA investiga

El presidente de la FIFA preocupado por escándalos

En años recientes, algunos deportes profesionales han cargado con la sospecha del arreglo previo de encuentros para favorecer a mafias de apostadores. Como sabemos de sobra, en nuestra época los deportes se se han convertido también en una mercancía globalizada, un producto que genera cuantiosas ganancias y que, como todo, posee también su propio mercado negro, un mundo clandestino de intereses poderosos que buscan sus propios triunfos, al margen de lo estrictamente deportivo.

El diario The New York Times ha sacudido al mundo del fútbol profesional al revelar la investigación que ha iniciado la FIFA contra varios árbitros y Football 4U International, una oscura organización con sede en Singapur, quienes al trabajar conjuntamente acordaron los resultados de partidos amistosos o el número total de goles con que tendría que finalizar el encuentro, en todos lo casos con el propósito manifiesto de beneficiar a intereses específicos en el mundo de las apuestas (sobre todo en Asia).

El diario posee copia de los documentos que parecen probar esta relación, la cual habría influido en el marcador final de al menos seis partidos amistosos previos al Mundial de Sudáfrica 2010. Uno de estos, precisamente entre dicho país y la selección nacional de Guatemala, el árbitro central Ibrahim Chaibou sancionó un par de penales a favor de Sudáfrica por supuesto contacto entre la mano y el balón, aun cuando esta falta distaba mucho de ser clara e incontrovertible. Según recuerdan Declan Hill y Jeré Longman en el reportaje alusivo, aquel día incluso para los aficionados fue extraña la labor de Chaibou (la cual, según testimonios, dio al silbante una recompensa ilegal de 100 mil dólares en billetes de 100, la cual recogió en un pequeño banco de Sudáfrica junto con una colección de monedas en homenaje a Nelson Mandela).

De acuerdo con la investigación en curso, el “sindicato” de árbitros ha conseguido infiltrarse a los niveles más importantes del fútbol internacional, siempre con el objetivo de incidir sobre el marcador final para satisfacer los momios de las apuestas. Además de los partidos de preparación para el Mundial, es posible que otros 15 encuentros hayan sido arreglados de esta forma. Asimismo, parece ser que la precaria situación económica de la Federación Sudafricana de Fútbol pudo haber propiciado los tratos con 4U, pues como muestra el caso de Ibrahim Chaibou, los sobornos ofrecidos eran de al menos decenas de miles de dólares e incluso se dice que hubo uno por 800 mil dólares. El poder que la organización asiática alcanzó fue tal, que en el último momento podían decidir el cambio de un árbitro por otro favorable a sus objetivos (en más de un caso, Chaibou fue su hombre de confianza).

La historia desemboca también hacia amenzas de muerte y en general prácticas propias del crimen organizado. “Fuiste demasiado lejos. Te vamos a eliminar”, dijo Wilson Raj Perumal a Steve Goddard, entonces director del arbitraje profesional sudafricano en aquella época, cuando este se negó a que Chaibou fuera el árbitro central del partido Sudáfrica – Dinamarca, un cambio que se intentó hacer unos minutos antes de que comenzara el encuentro, incluso con los dos árbitros en el túnel de acceso al campo.

¿Y quién es Perumal? Nada menos que uno de los apostadores más “exitosos” y prolíficos del mundo y, según las sospechas de la FIFA, quizá la mente maestra detrás de esta compleja maquinaria de hacer dinero. En 2011 autoridades finlandesas lo apresaron, juzgaron y sentenciaron por delitos de corrupción, los cuales le valieron una temporada en la cárcel (poco menos de dos años). El pasado abril fue detenido de nuevo en Finlandia, igualmente por arreglar partidos de fútbol.

Ahora estamos a escasos días de que inicie el Mundial de Brasil 2014, quizá uno de los más vistosos de los últimos tiempos pero también, sin duda, uno de los más provechosos para las finanzas de la FIFA y sus patrocinadores (las ganancias del torneo se estiman en 4 mil millones de dólares) y quizá por consecuencia inevitable, uno de los más corruptos y polémicos en la historia del fútbol. Y ahora esta investigación no hace sino ensombrecer aún más la probidad de un deporte que otrora llegó a considerarse heroico.

Desde la Plaza/ Pijama Surf /AMH