Argentina define su panorama electoral con primarias simultáneas

Este domingo se realizarán en la Argentina las Primarias Simultáneas Abiertas y Obligatorias (PASO), que definirán el panorama electoral para las elecciones de octubre, cuando argentinas y argentinos deberán concurrir a las urnas para definir el quiebre o la continuidad (con matices) del modelo que hegemonizó la política argentina desde 2003, primero con Néstor Kirchner y luego con la actual presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Aunque se realizan desde hace más de un lustro, las PASO no dejan de ser un modelo novedoso: todos los partidos deben presentarse para que todos los ciudadanos y ciudadanas elijan quiénes serán los candidatos en todas las categorías. En total, el padrón electoral supera los 32 millones de habilitados. En Argentina el voto es obligatorio para los mayores de 18 años y opcional para los que cumplen 16 y los mayores de 70.

En rigor, desde que las PASO se estrenaron en 2009, funcionaron menos para definir candidaturas de cada partido y más como gran encuesta de intención de voto, para conocer por anticipado y con meridiana precisión, que sucedería luego en el evento electoral en sí. En 2011, por caso, adelantaron la victoria récord de Cristina Fernández para su reelección.

Ahora, se espera que este domingo 9 las PASO muestren la brecha más o menos precisa entre el actual gobernador de la provincia de Buenos Aires y candidato del oficialista Frente para la Victoria (FPV), Daniel Scioli, y el actual alcalde de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, candidato presidencial del derechista partido PRO. Tanto el FPV como el PRO no presentan alternativas en sus precandidaturas a la presidencia, lo cual los coloca a priori como candidatos.

Estas elecciones primarias simultáneas y abiertas sí definirán el candidato del oficialismo a un cargo no menor: el gobernador de la provincia de Buenos Aires, la más poblada del país y estrátegico distrito electoral. Una parte de las miradas de los analistas y los periodistas están puestas en esa compulsa sobre la que las encuestas preelectorales no arrojaron luz.

Scioli, a su manera

“Hacer lo que falta a mi manera”, así definió el candidato del oficialismo Daniel Scioli su estrategia para su eventual (y bastante probable) gobierno, al cerrar su campaña para las primarias en predios de una feria de innovaciones tecnológicas bandera del kirchnerismo.

La presidenta Cristina Fernández fue la gran ausente en el acto, y desató especulaciones de todo tipo en los medios de comunicación. Los emporios mediáticos como Clarín y La Nación (archienemigos de Néstor y Cristina) le vienen pidiendo disimuladamente a Scioli que se diferencie cada día más del kirchnerismo. El candidato, en cambio, prefirió el canal central: se muestra como un continuador de las políticas sociales redistributivas de Cristina, aunque preocupado por consolidar su perfil propio.

No podría ser de otra manera: si se diferencia en exceso del kirchnerismo perdería de inmediato el voto duro de los millones de seguidores de Cristina, especialmente entre los más jóvenes. Hay que anotar aquí un dato central: Cristina culminará su segundo mandato con índices de aceptación nunca antes vistos en la Argentina para un mandatario saliente tras dos períodos de cuatro años, al los que hay que sumarle los otros cuatro de su fallecido marido y estratega del matrimonio: Néstor Kirchner.

Macri, el niño bien al que sólo le falta la presidencia

Empresario que heredó del padre un emporio construido a base de prebendas de los gobiernos de facto de la última y más sangrienta dictadura militar de la Argentina, Mauricio Macri fue presidente de Boca Juniors, moderada luminaria del jet set local, y principal figura de la derecha conservadora. Desde allí, ganó dos veces la jefatura de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, la capital del país.

Desde allí se mostró siempre abierto, por ejemplo, a recibir y ensalzar a referentes del antichavismo, como José María Aznar y a el ex alcalde mayor de Caracas Antonio Ledezma.

Analistas coinciden que el objetivo de Macri en estas primarias abiertas es ubicarse tras Scioli en una brecha no mayor de diez puntos. Si lo logra, el oficialismo debería preocuparse, porque Macri acumulará en la elección definitiva, la de octubre, los votos de una oposición variopinta a la que une el espanto al kirchnerismo.

La oferta electoral completa para estas elecciones primarias en Argentina es de quince precandidatos (sólo dos mujeres) en once agrupaciones políticas. Las PASO definirán también cuántos de estos partidos llegan a la elección general. Para esto, deben superar el piso del 1,5% de los votos generales para cada categoría.

Estimaciones previas indican que sólo seis agrupaciones de las once que se presentan podrían avanzar a la siguiente etapa: la mega elección de octubre que definiráel futuro político próximo de la Argentina.

Dato final: aunque las miradas están puestas en quién seráel próximo presidente, en octubre también se renovará la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio de la Cámara de Senadores del Congreso Nacional. En la primavera austral también concluirá la renovación en los parlamentos provinciales, los consejos legislativos locales y todas las intendencias y gobernaciones de la Argentina. Un calendario que comenzó en abril y concluye el 25 de octubre.

DesdeLaPlaza.com/ Marcos Salgado