Todos los libros un solo homenaje a Miranda

Para homenajear a nuestro inmortal revolucionario independentista, Sebastián Francisco de Miranda Rodríguez, abundan razones, vida plenamente vivida y, sobre todo, consecuente compromiso de patriota. Hugo Chávez, bolivariano y mirandino de arraigo, enumera algunas de ellas en su prodigiosa “arenga” pronunciada con motivo de los 200 años de la llegada del Almirante por las costas de la Vela de Coro, en Falcón.

El Comandante Supremo, enumeró en aquella oportunidad, y para siempre, estas razones: “es ese hombre que lucha por un mejor día para su familia, Miranda es esa mujer que amamanta a sus hijos mientras vela el sueño de los otros, Miranda es ese anciano que agradecido levanta los ojos al cielo porque su patria grande está aquí, Miranda es el niño que vuela su papagayo tricolor, mientras sueña con el inmenso futuro que le espera, Miranda somos cada uno de los venezolanos que amamos nuestra tierra, Miranda son los venezolanos que ya se fueron y los que aún no han llegado y que con su esfuerzo complementaran sus sempiterna hora. Y más allá de nuestras fronteras, los sueños de Miranda por una América Latina unida, que luego compartiera nuestro libertador Simón Bolívar” (Bicentenario del arribo de Francisco de Miranda, por  La Vela de Coro, estado Falcón. 3 de agosto de 2006).

Filosofía, teología, literatura y gramática castellana es parte de la formal educación que recibió Sebastián Francisco a su paso por la Real y Pontificia Universidad Santa Rosa de Lima, en la ciudad de Caracas. Aristóteles, Platón y Tomás de Aquino están entre los obligados filósofos que debió consultar Miranda, pero también “leía textos prohibidos por la inquisición, como Voltaire, Locke, Newton, Tousseau y Spinoza, entre otros”, según apunta la historiadora, investigadora y profesora universitaria Carmen Bohórquez, quien apunta que “las obras de estos autores figurarán entre los libros con los que comenzará a constituir su impresionante biblioteca” (Francisco de Miranda Precursor de las Independencias de la América Latina. Editorial El Perro y La Rana, Caracas 2006).

Producto de sus lecturas”, formales e informales, pero muy prolijas, se conforma la vida del patriota venezolano, según lo confiesa él mismo. Por supuesto que sin dejar de lado sus experiencias vividas “y de lo que había aprendido dialogando con los sabios y otras personalidades de la vida política y cultural de la época” (Bohórquez).

En lo que coinciden la mayoría de sus biógrafos es en que “el más universal de los venezolanos” siempre fue un voraz “devorador de libros” y solía viajar con ellos a cualquier lugar donde viajaba o se radicaba. Leía en castellano, latín, griego, francés, inglés e italiano, entre otros idiomas y muy a pesar de las circunstancias de entonces, cuando la difusión editorial era más bien escasa, nunca dejó de tener un libro a mano.

Pero esta apretada y escuetamente referencial alusión a las lecturas del cumpleañero Sebastián Francisco, quien nació en la esquina de Padre Sierra, a pocos metros de la Plaza Mayor, en Caracas (el 28 de marzo de 1750), viene al caso porque este año estamos convocados para rescatarlo de la ignominia de Cádiz, de su muerte y la desaparición de sus restos en la cárcel de La Carraca, en una fiesta popular y de la cultura, que es la Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven 2016), la cual empezará su periplo por todo el país, el venidero mes de mayo, cuando quede inaugurada.

Por las distintas actividades que se programan y giran en torno a la Feria en sus distintos capítulos por entidades federales, tendremos oportunidad de asumir el reto de leer algunos autores que ya abordara Miranda, conocer sus propios escritos y la manera de acceder a ellos, así como de conocer una parte de la extensa bibliografía que ha generado durante 200 años de sus huellas haciendo Patria.

DesdeLaPlaza.com / Iván Padilla Bravo – @ivanpadillab / Ilustración: Iván Lira