El rechazo a la independencia de Escocia da una mayor capacidad de decisión al Gobierno de Salmond

David Cameron saluda desde el podio

Escocia ha rechazado la independencia de Reino Unido con un 55% de votos en un referéndum que ha contado con una participación del 84% de los electores. Se prevé que a partir de ahora se de comienzo a las negociaciones para otorgar de una mayor capacidad de decisión al Gobierno escocés, liderado por el ministro principal, Alex Salmond.

El estatus de Escocia no volverá a ser el mismo. A partir de ahora, su parlamento ostentará nuevos poderes. Tanto el Gobierno como la oposición del Reino Unido, firmaron una promesa de mayor autonomía si el no triunfaba en el referéndum.

Uno de los puntos más codiciados por los independentistas es la sanidad. Según este esta iniciativa, el Parlamento escocés controlará el gasto que el Servicio Nacional de Salud haga sobre su territorio. Este poder autonómico sin precedentes se extiende a competencias sobre la vivienda y al impuesto sobre la renta. Lo que no tienen previsto cambiar es el sistema de financiación autónomica. Una fórmula que beneficia a Escocia debido a que la inversión se reparte según la renta renta per cápita de cada región.

Asimismo, Londres estaría dispuesto a traspasar la gestión de las prestaciones para vivienda, de la política de integración laboral y de las actuaciones en materia de Bienestar. Sin embargo, demandas como el control del petróleo continuaría en Londres, como pensiones, de Defensa o de Exteriores.

Para dar validez a su propuesta, las comisiones negociadoras trazarían un Libro Blanco a presentar en noviembre, para ser debatido en profundidad y, ya a finales de enero, dar paso a la Legislación ante la Cámara de los Comunes. El objetivo es garantizar el compromiso de los tres partidos ya antes de las generales, previstas para 2015.

Desde la Plaza/AFP/AMH