A derrotar el golpe y avanzar en ofensiva productiva

La burguesía parasitaria se ha quitado una vez más la careta y ha emprendido una nueva aventura golpista desde la Asamblea Nacional. Desde el Poder Legislativo, electo para hacer leyes y contraloría, se llama a la intervención extranjera, se desconoce al resto de los Poderes Públicos y sobre todo al Poder Popular.

Esta actitud de los enemigos del proceso de transformación venezolano no es nueva, desde el mismo diciembre de 1998, cuando el Comandante Chávez ganó la primera elección hasta el día de hoy, el papel de la derecha ha sido el desconocimiento de las fuerzas revolucionarias. No era de esperarse otra cosa, desde la propia instauración de la IV República en 1830, ningún gobierno reconoció al pueblo hasta la llegada del propio Comandante.

El papel de los campesinos hoy en primer lugar es derrotar con movilización permanente a las intenciones renovadas de Golpe de Estado de la burguesía  y sus aliados. En la actual coyuntura, estas acciones no deben limitarse al mero acto de masas y presencia en las calles, se debe garantizar la trascendencia hacia la consolidación del modelo socialista y construir la alternativa económica productiva que dará sustento a la verdadera independencia nacional, tal cual quedó plasmada en el Plan de la Patria.

El fracaso de la derecha en convocar el Referendo Revocatorio crea un cronograma de hitos electorales, de suma importancia para el devenir de la Revolución Bolivariana, en 2017 y 2018; la movilización política de las y los revolucionarios, además de derrotar definitivamente el golpismo, debe apuntar a organizar las fuerzas de la mejor manera para hacer frente a las próximas batallas.

En este sentido, la economía productiva jugará un papel fundamental en el avenir. Los esfuerzos del Presidente Constitucional Nicolás Maduro por revertir la caída de los precios petroleros y mejorar el ingreso nacional deben acompañarse de una energía importante de las y los productores agrícolas, entendiendo a la agricultura como el principal motor de la economía no petrolera, junto al industrial y manufacturero.

Los efectos de la guerra económica interna, la baja de los ingresos de exportación y el bloqueo financiero internacional han ido afectando al aparato productivo de manera considerable, por esto debemos insistir en la fortaleza que la Revolución Bolivariana y el Comandante Chávez construyeron para derrotar el rentismo petrolero; contamos con una infraestructura moderna como ningún otro país para el despegue productivo.

La convocatoria de todas y todos los actores productivos, en el marco del diálogo nacional, debe intensificarse sin pactos y sin actitudes revisionistas del modelo socialista. En dicho diálogo económico el papel de la agricultura nacional será fundamental como eje motor del resto de la economía y como fuente de ahorro de divisas, hoy escasas. La guía fundamental de estas acciones ya está escrita y desarrollada en detalles en el Plan de la Patria, nuestro papel será promoverla y resguardarla.

 DesdeLaPlaza.com/Yván Gil