Cual David desafiando a Goliat: México lucha contra siembra de maíz transgénico

Productores de maíz y científicos en México se esfuerzan en impedir que el Gobierno autorice a transnacionales como Monsanto el cultivo de granos transgénicos de uno de los alimentos básicos en ese país, el maíz.  Los activistas ya han iniciado una campaña en Internet para recaudar fondos para los gastos relacionados con las acciones judiciales. 

Tortillas, gorditas, enchiladas o sopes son solo algunos de los muchos platillos que serían imposibles de cocinar sin maíz o, como lo llaman en México, elote. Y es que los mexicanos obtienen más del 50% de su ingesta calórica de los granos de la mazorca.

Productores tradicionales de maíz de Sochimilco  estiman que el maíz tiene bondades más allá de lo alimenticio,  y para el pueblo méxicano este cereal  tiene espiritualidad, es Divino.   Amalia Sala Casales,  productora de maíz , explicó a  a RT el profundo significado que tiene para su comunidad los diferentes tipos de grano. «El maíz blanco es vida, el rojo es la sangre y el negro es la tierra, y el amarillo es para la abundancia, para que no nos falte la comida», relata.

Sala es feliz hablando de su tradicional elote. Pero cuando le preguntan por el maíz transgénico que quieren traer a su tierra las transnacionales como Monsanto, su rostro cambia por completo. «Ese maíz no tiene vida, ese maíz no tiene espíritu. Ese maíz no es nuestro hermano. Es un ser extraño para nosotros. Para nosotros lo sagrado es nuestro maíz».

Y es que Amalia cree que la empresa estadounidense pretende comercializar solo un tipo de grano, el transgénico, que pondría en peligro la diversidad del elote en el país. Solo en México hay más de 60 tipos de maíz registrados. Y mientras que en la mayoría del mundo se consume como fuente de alimento, la comunidad local lo ve como mucho más que eso, atribuyéndole incluso poderes curativos.

Científicos: Los granos transgénicos tienen efectos dañinos para la salud

Mientras tanto, los científicos han encontrado en los granos de Monsanto efectos nocivos para la salud al probarlos en animales. En concreto, generan una predisposición al cáncer de mama y, curiosamente, daños en el riñón, aunque estos no aparecen de manera inmediata.

Según Antonio Turrent Fernández, presidente de la Unión de científicos comprometidos con la sociedad, «el daño es crónico subclínico, es decir, es como el tabaco: usted puede fumar de joven y nunca le pasa nada, pero si sigue usted fumando, porque es un daño crónico subclínico, cuando llegue usted a los 60 o 70 años, la factura para su salud será peligrosísima».

Precisamente el alto consumo de maíz hace de México un suculento mercado para las transnacionales. Monsanto cuenta con decenas de abogados para enfrentarse a las quejas de un pequeño equipo que lidera una demanda colectiva para evitar el cultivo de transgénicos en el país.

 «Queremos que la justicia mexicana nos permita probar con científicos, con las pruebas con las que les estamos diciendo que los transgénicos no van a permitir que la diversidad de maíces siga igual que ha seguido por 8.000 años. Y, por lo tanto, la diversidad es un derecho mayor, es un patrimonio biocultural mayor que el negocio de los transgénicos», declara el abogado de la demanda colectiva contra el maíz transgénico, René Sánchez Galindo.

De momento, la justicia mexicana ha impedido a Monsanto la siembra comercial de maíz transgénico. Pero desde la transnacional aseguran que todavía tienen argumentos legales por explotar.

El cultivo de este maíz se realizan en Estados Unidos, Argentina, Canadá y Brasil.  Otros países se han opuesto a su cultivo. A más de una década de sus inicios, la industria biotecnológica no ha logrado imponerse, debido a todos los riesgos ambientales, económicos y de salud que conlleva y a que no resuelve ningún problema del campo. En México, a pesar de que en 2009 se aprobaron las siembras experimentales de maíz transgénico, el rechazo a esta tecnología entre campesinos, consumidores y científicos independientes es creciente.

DesdeLaPlaza/RT/MB