El cazador humillado

En estos momentos, Walter L. Palmer está descubriendo lo que se siente cuando se es cazado por un depredador más ágil, más astuto y más fuerte. Según los psicólogos, es el miedo que el ser humano lleva impreso en sus genes desde el Paleolítico, o tal vez antes. El problema es que nuestra programación genética nos faculta para luchar sólo contra un cierto tipo de enemigos. Por ejemplo, un león de melena negra y hocico negro, lo que suele indicar que es viejo. Es decir: Cecil, el macho de 200 kilos que Palmer mató la semana pasada después de sacarlo del Parque Nacional de Hwange, en Zimbabue, con la ayuda de un cebo.

Contra lo que la Madre Naturaleza no ha preparado al homo sapiens -entre el que se encuentra este dentista de Minneapolis- es para luchar contra la bestia más peligrosa del siglo XXI: la furia de la opinión pública canalizada a través de Internet. El león era el peor enemigo del león hasta que llegó el ser humano. Y, a falta de que otra especie nos arrebate el puesto de superpredador -lo que no parece probable, dado que llevamos 100.000 años liquidando, literalmente, a la competencia- nosotros somos nuestro peor enemigo.

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Eso es algo que Palmer sabe. La policía de Minnesota tenía ayer rodeada su clínica dental en la localidad de Bloomington, cerca del aeropuerto de Minneapolis, y habían cortado el tráfico de la Avenida de Rhode Island, en la que ésta se encuentra. No porque estuvieran buscando a Palmer, sino para protegerle de la ira ciudadana después de que el dentista fuera identificado como el autor de la muerte de Cecil, el león más famoso de Zimbabue.

Una ira ciudadana online y en la calle. Anoche ya había 70.701 firmas -más o menos, el doble de leones que quedan en África- pidiendo directamente a Barack Obama la extradición de Palmer a Zimbabue, un país en el que las garantías jurídicas son tales -cualquier opositor al Gobierno de Robert Mugabe pueda dar prueba de ello- que a Palmer, en vez de un juicio, tal vez le sería mejor que lo dejaran un rato en Hwange con Jericho, el macho que ha tomado el relevo de Cecil en el territorio que éste controlaba. Otra petición similar, en el sitio Moveon.org, llevaba 8.841 firmas. Y el número de personas que han pedido que a Palmer se le prohíba volver a ejercer como dentista alcanzaba los 5.400.

DesdeLaPlaza.com/El Mundo.es/AMH

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