La guerra del dólar ficticio (I)

Con la reciente y abrupta alza del precio del dólar paralelo el Ejecutivo nacional ha denunciado nuevamente el carácter desestabilizador de DolarToday a través de sitios web que fijan una tasa ilegal y arbitraria del costo de la divisa, cuya estrategia puede ser desgranada en componentes como la desinformación, el conocimiento de las vulnerabilidades de la economía venezolana y el empleo de las tecnologías de la información para propiciar un escenario de desconfianza en el país y hacia el mundo, con fines netamente políticos.

Hay muchas falacias dirigidas en contra del gobierno muy arraigadas en la opinión pública que pretenden explicar el fenómeno, entre ellas las que sostienen que DolarToday  no es la causa del problema, sino la consecuencia de políticas económicas, como la supuesta expansión de la base monetaria y la sobrevaloración del Bolívar con el tipo de cambio protegido y complementario; en tal sentido, se sostiene que en dicho conjunto de redes sociales se “dice la verdad” sobre la cotización del dólar, supuestamente restringido a los industriales y comerciantes, por la orientación que le ha dado el Estado hacia la inversión social, fabricando así un consenso en la población que justifica la imposición de un tipo de cambio que favorece únicamente a poderes fácticos en Venezuela y el extranjero.

En provecho de la baja de los precios del crudo en 2016, DolarToday ha afianzado su estrategia en la condición de que la economía venezolana es fundamentalmente de comercio de importación, fortalecida históricamente por el ingreso petrolero para la adquisición de materias primas y productos, una situación que ha arropado tanto a los empresarios nacionalistas productores como a la burguesía comercial que pugna por captar esta renta, clase social dueña de oligopolios, que actualmente se articula con estos sitios web de tipo de cambio ilegal para propiciar la inflación en la economía nacional mediante la especulación, basándose en la intersubjetividad de este dólar arbitrario.

Tipo de cambio irreal

Queda a discrecionalidad de los gobiernos, para preservar su estabilidad monetaria y evitar una fuga de capitales que reduzca las reservas internacionales, la aplicación de controles de cambio para establecer el valor de la moneda con respecto a la divisa. Consultado sobre este tema, el economista Tony Boza explicó a Desde la Plaza que ante dicho control de cambio en el país se ha marcado “un valor ficticio que es DolarToday, que los comerciantes por una situación de conveniencia, de lucro, establecen su comparación para la cristalización de la venta con base en una tarifa ficticia” y de este modo inducen la inflación especulativa basándose en constantes ajustes inflacionarios tasados por el dólar paralelo.

Para el experto, en una economía normal el valor de la divisa es resultado de referentes del mercado que cuentan con mecanismos de comparación de su costo entre un país y otro, pero no funciona cuando la “economía está profundamente distorsionada, su cadena de distribución intervenida, su proceso inflacionario inducido, como es el caso de Venezuela”.

Agrega el economista que DolarToday “no tiene ninguna base científica, no obedece a ningún otro método que se utilice para dar valor a la moneda, no tiene que ver con la liquidez entre las reservas que tenga una nación, en este caso el Banco Central”, por lo que su sentido es estrictamente de fines desestabilizadores. “Cuando en su propia página amenaza de que van a subir la relación del dólar-bolívar hasta 10.000, no es más que quitarse la máscara y decir cuál es su talante, que es el de un interventor político”, señala.

Desinformación implícita

Al tomar en cuenta que no hay ninguna base científica para la aplicación del cálculo de la divisa, la cual a comienzos de diciembre rebasó los Bs 4.000, se infiere que la estrategia que aplica DolarToday es la desinformación, entendiendo a esta como “un intento de difundir una falsedad haciéndola pasar por una información verdadera con el objeto de crear respuestas o actitudes, o bien modificarlas para la consecución de un objetivo determinado”, como explica el libro El imperio de la propaganda, del profesor universitario e investigador de la opinión pública Iván Abreu Sojo.

El argumento que sostiene es que sus estimaciones son hechas sobre “valoraciones aproximadas” de la divisa en Caracas; el “implícito” supuestamente basado en las reservas internacionales y la liquidez monetaria; y la relación del peso colombiano con el dólar y con el bolívar, respectivamente, tomando datos de las casas de cambio en Cúcuta, población colombiana fronteriza con Venezuela. Al respecto, Boza explica que este cálculo no es posible porque “no hay mercado más estanco, más oscuro que el de Cúcuta (…) Nadie puede decir cuánto puede estar la cotización, el valor de una moneda, con base en una oferta y demanda que no se sabe cuánto es en ese mercado”.

Considera el economista que si es de tomar una variable significativa, es el precio del petróleo, que precisamente inicia un período de incremento. “Eso genera una expectativa favorable al país en cuanto al ingreso de divisas, entonces, lo natural en todo mercado, históricamente, es que el valor de la divisa dólar baje”, por la perspectiva de ingreso sustancial de divisas, considerando que el 97% proviene de la renta petrolera.

Sin embargo, DolarToday insiste en difundir una tasa arbitraria mediante el mecanismo de las tecnologías de la información que llega tanto a los medios de comunicación extranjeros adversos al gobierno venezolano como al conjunto de la población del país mediante internet ―y su correlación en la conversación informal de calle, como parte de la guerra psicológica― entorno informático ante el cual, en el mundo entero, los Estados nacionales aún padecen la incapacidad de censurar los contenidos que el receptor final recibe en mensajes directos a través de la red, en su casa, trabajo o teléfono móvil.

Sobre la difusión de información falsa del tipo de cambio, la Ley de Régimen cambiario y sus ilícitos (2016) sanciona con prisión de 10 a 15 años, a quien incurra en la divulgación, por vía electrónica, radioeléctrica o de cualquier tipo esta información fraudulenta. Venezuela ha enfrentado a las páginas web Lechuga verde y Dolartoday, ésta última migró con su ataque en las redes sociales Facebook, Twitter e Instagram, desde donde ha potenciado considerablemente su impacto. En 2015 el Banco Central de Venezuela demandó al sitio web ante una corte federal en Estados Unidos, actuación que fue desestimada en febrero pasado.

Los mercados paralelos de divisas irrumpen como respuesta al control cambiario. En marzo de 1983, durante el control de cambio aplicado por el gobierno de Luis Herrera Campíns, la subasta de divisas la realizó inicialmente la Bolsa de Valores, luego la oferta correspondió al Banco Central de Venezuela a través de la banca privada y el mercado paralelo se hacía “a la manera arbitraria, (aunque) no tenían la velocidad de hacerlo con un sitio web como ahora, pero era el mismo mecanismo”, explica el economista Boza.

Plan antiinflacionario

 Asegura el economista que hay amplios sectores de la producción y el comercio venezolanos “que en este momento se les está revirtiendo como un búmeran el trabajo de DolarToday”, luego de la maniobra desproporcionada de llevar un dólar a más de Bs 4.000, lo que “es más bien un síntoma de debilidad porque pone de manifiesto, claramente, su talante político”.

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Sostiene que es imposible que actores económicos, como pequeños y medianos comerciantes, puedan acompañar esta subida desmesurada del dólar y considera que esta es la oportunidad para que el Gobierno y Banco Central de Venezuela apliquen un plan antiinflacionario con “un sistema referencial de precios, con ajustes periódicos pero dentro de la racionalidad que implica un análisis de costos, de ganancia, que tenga su propia página web”.

Asimismo, sugiere continuar la política sistemática de apreciar el salario de los trabajadores, quienes no deben perder su calidad de vida y capacidad de compra porque “no puede haber producción si no hay alguien que compre, que es lo que intenta hacer DolarToday, una especie de crac, de ruptura de la economía”, asimismo, suscribir “un acuerdo con estos mismos actores sobre toda la cadena de distribución, para garantizar el abastecimiento”.

Considera que el Banco Central no debe inhibirse en su responsabilidad de establecer los mecanismos y parámetros de establecer referencias para la moneda, porque de lo contrario, por omisión, se propiciaría aún más la inflación especulativa, porque hay un interés compartido por DolarToday y los comerciantes que se basan en su tasa: la idea de que “me hago más rico y como todo el mundo lo está haciendo yo también lo hago” y aplican la práctica de atribuirle precios inflados a inventarios viejos.

Señala que la responsabilidad de DolarToday es el “acto criminal, que tienen que pagar ante la justicia por someter a la población a un estrés y un estado de conmoción social”, maniobra en la que ha participado también una parte de la burguesía que controla los monopolios, provocando alzas de precios y escasez para luego culpar al Gobierno, aunque hayan recibido las divisas para su operación. Es necesario realizar el análisis de su comportamiento en esta coyuntura económica, para obtener las piezas faltantes de este rompecabezas guardadas con mucho celo en su secreto comercial.

DesdeLaPlaza.com/Pedro Ibáñez