Mentiras verdaderas

Cuando se fue la luz en todo el país, el gobierno venezolano apuntó la causa del apagón hacia dos razones que parecían el argumento de una película: un ataque cibernético y un ataque electromagnético.

A pesar de que la versión era una hipótesis difícil de masticar para la gente, que es más sensible a razones terrenales como la falta de mantenimiento, el Presidente Nicolás Maduro, con los indicios a su alcance, se arriesgó a decirlo, aunque ésta pareciera una razón fantástica: el sabotaje a distancia.

Admito que al principio fui de la gente incrédula de la verdad oficial, pero más de la segunda razón que de la primera, ya que la trama de acusaciones entre Estados Unidos, China y Rusia de ataques cibernéticos, me han vacunado contra el asombro de que efectivamente se pueden hacer daño entre países a partir de una tropa de hackers y computadoras potentes.

En cambio, un ataque electro magnético no era algo que siquiera había rozado en ese adelanto del futuro que es el cine, por lo que esa trama de complejos aparatos de onda anulando nuestra red de electricidad me parecía una exageración más imprudente que decir la verdad.

Sin que mediara alguna sorpresa, inmediatamente se desató una saga de chistes desestimando la teoría gubernamental, ya que parecía inverosímil que en un país donde fallan los puntos para pasar las tarjetas de débito, pudiera ser al mismo tiempo el escenario de una confrontación al estilo de la Guerra de las Galaxias.

Pero ¡Oh, sorpresa! El Presidente Nicolás Maduro, un político forjado por la mano severa de las confabulaciones exageradas, parece que tampoco exageraba esta vez.

El pasado 27 de marzo, unos 20 días después del primer apagón nacional, el Presidente de los Estados Unidos Donald Trump, firmó una orden ejecutiva que instruye a todos los organismos federales a proteger al país de un probable ataque de pulso electro magnético y esencialmente al sistema eléctrico.

Esta determinación de Trump pasó como una acción preventiva que esquivó cualquier sugestión de burla, pero sirvió para confirmar que los ataques de pulso electro magnéticos no son una fantasía de Maduro ni un ámbito privativo de las películas de ciencia ficción que nos asustan con el futuro.

Indagando sobre esta tecnología, las primeras sugerencias de los buscadores definen a ésta como un método de ataque de guerra y como un arma tan devastadora, que según países como Israel la tienen y han amenazado con ella a Irán con la promesa de regresarla hasta “la edad de piedra”.

Con esto no quiero insinuar ni asegurar que el fallo eléctrico del pasado 7 de marzo haya sido ocasionado precisamente por un ataque de este tipo, pero sí que sirva esto para poner sobre la mesa que esta tecnología existe y que puede ser usada, entre otras cosas, para dejar sin luz a un país, como bien teme el Presidente de los Estados Unidos en su orden ejecutiva.

Lo que sí revela este caso es que parece que nuestro Presidente no exagera tanto, y que por las cosas que dice no hay que apresurarse a desestimarlas todas por el arrebato de una subjetividad política, porque aunque parezcan una historia de película, pueden terminar siendo una “mentira verdadera”.

DesdeLaPlaza.com/ Carlos Arellán Solórzano