Rafaela Silva: la «mona» que le dio a Brasil su primera medalla de Oro en Río 2016

La judoca brasileña Rafaela Silva es una de las mejores muestras de que el racismo, muy a pesar de lo que se cree, aún está presente, y mucho, en la sociedad mundial.

Su lucha, no sólo fue para lograr la medalla de oro olímpica en su especialidad, sino contra los prejuicios de quienes la tildaron de «mona» tras ser eliminada en su segundo combate en los Juegos Olímpicos Londres 2012.

A continuación el trabajo publicado en el portal RT sobre la judoca brasileña.

Con sólo 20 años representó a Brasil en judo en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Allí no tuvo suerte y fue descalificada en el segundo combate por un golpe ilegal. Sin embargo, lo peor no lo vivió en el tatami, sino en las redes sociales, donde fue víctima del repudio y de la discriminación. Cuatro años después, en Río de Janeiro, Rafaela Silva tuvo su revancha.

La campeona olímpica en la categoría menos de 57 kilogramos nació y vivió toda su infancia en uno de los sitios más emblemáticos por su pobreza y su peligrosidad, la favela Ciudad de Dios. En ese marco, con sólo cinco años, sus padres la inscribieron en el Instituto Reação, una organización sin fines de lucro que, en la actualidad, forma a más de 1.200 atletas en cinco asentamientos cariocas. Su pobreza ni siquiera le permitía tener un kimono.

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Con el paso del tiempo, su crecimiento como judoca le permitió participar de los Juegos de Londres, pero en el segundo combate fue descalificada por una maniobra irregular cuando enfrentaba  a la húngara Hedvig Karakas. Entonces, rompió en llanto, desconsolada, en medio del tatami. No obstante, lo peor fue cuando, minutos después, se conectó a las redes sociales. «El lugar de la mona es la jaula», fue sólo uno de los mensajes descalificadores. «La vergüenza de la familia», escribieron otros, reseñó el sitio BBC.

«Sólo quería hablar con mis amigos, con mi familia, buscar apoyo y un incentivo para seguir, y me encontré con la crítica, con los prejuicios. Nunca había experimentado algo así. Fue muy doloroso», recordó. Por eso, pensó en «dejar el judo», pero con ayuda psicológica retomó los entrenamientos.

Tiempo de revancha

La persistencia le dio frutos a Silva. En 2013 se consagró campeona mundial y se preparó para la cita olímpica. Su gran día llegó. Con un estadio Arena Carioca 2 colmado, la judoca batió a todas sus rivales hasta cumplir su sueño de ser campeona y darle la primera medalla dorada de los Juegos a Brasil.

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«Nací en una comunidad que no me permitía plantearme muchos objetivos en la vida. Soy de Ciudad de Dios. Empecé a practicar judo por diversión y ahora soy campeona mundial y olímpica», celebró una reconfortada Silva, antes de dedicar su triunfo «al pueblo brasileño, a la familia y amigos». «Si tienes un sueño, tienes que creer», aseguró y, por último, recordó aquellos insultos que recibió tras su derrota en Londres 2012: «La mona que debía estar enjaulada es hoy campeona olímpica en casa».

DesdeLaPlaza.com/Tomado de ActualidadRT