Oscar Schemel, director de Hinterlaces, considera que los próximos días de campaña electoral constituirán un proceso difícil, turbulento y polarizado. Señaló que la sociedad venezolana sigue polarizada entre dos visiones de país y sociedad: Una que apunta hacia una más justa, y otra opción que busca “restaurar el modelo de exclusión”.
El analista afirma que existe una arremetida en Latinoamérica contra gobiernos progresistas, y que en Venezuela se concentra más.
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Schemel tiene claro que la oposición no es una opción al chavismo; sin embargo, admite que capitalizan el descontento por la inseguridad y problemas económicos.
El director de la encuestadora señala que “es muy probable que de ocurrir una victoria electoral de la oposición se desaten los demonios y comiencen a pedir la cabeza” del actual Gobierno. Detalló que lo que más preocupa es la reacción de los sectores más radicales en la calle.
Cree que existe una “sed de venganza” por parte de sectores radicales, y que si la oposición si quiere conducir este proceso electoral, “tiene que de alguna manera atajar estos demonios, pero hasta ahora la realidad dice que las fuerzas más reaccionarias son las que se han apoderado de la agenda de la oposición. Eso es un peligro, pero puede suceder lo que siempre ha pasado: que el chavismo se atrinchera y cohesiona en defensa” del modelo actual.
El descontento gana hoy
Schemel considera que, actualmente, la oposición sigue sin ser una alternativa al oficialismo, y de cara a la próxima contienda electoral, el Gobierno se enfrenta al descontento por las medidas en materia de seguridad y economía.
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Señaló que la oposición no logra ser adversario porque carece de discurso, de mensaje; no tiene líder y “lo que hacen es capitalizar descontento”.
“Sin embargo, a pesar del descontento, los chavistas tienen una capacidad de recuperación”. Explicó en ese sentido que cada vez que se otorgan medidas, metas, o banderas, el chavismo se recupera.
Ejemplo de ello es que el cierre de frontera y las Operaciones de Liberación del Pueblo (OLP); de las cuales asegura que han sido percibidas como medidas para erradicar la delincuencia. “La gente pide mano dura y justa, respuestas frente a los temas fundamentales”, afirmó.
Raíz del descontento
Schemel también se refirió a lo que considera “la raíz del descontento”, de modo que el Gobierno sepa relanzar el discurso y medidas de protección social. Considera que la incertidumbre, no saber hacia dónde se va, y pensar que la situación va a empeorar es lo que provoca el malestar en el venezolano.
Señala que el Gobierno debe renovar el modelo de protección social, el discurso y restablecer la esperanza, y confianza en un porvenir mejor. “La gente está consciente que el modelo rentístico no es el mejor, que hay que impulsar la producción”, puntualizó.
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