Sueño americano o pesadilla americana: así viven los venezolanos en Miami

Muchos son los venezolanos que están hartos de las incesantes colas para adquirir productos de primera necesidad como la harina de maíz, el arroz, la pasta, harina de trigo, mantequilla. También Por la desaparición de los anaqueles de algunos productos como la azúcar, el café, la leche en polvo, o por los elevados precios de alimentos como el pollo, la carne, y de algunos embutidos, y sumado a esto, la inseguridad que es un factor que aqueja a la mayoría de la población.

Por estos y otros factores, muchos de estos venezolanos deciden dejar atrás todo y emprender (algunos engañados, otros por aventura) nuevos retos fuera de nuestras fronteras en búsqueda de un futuro más prometedor y más satisfactorias no solo para ellos, sino para el resto de su familia.

La ciudad de Miami es uno de los sitios predilectos para aventurarse en la soñadora experiencia de trabajar, ganar dinero, y estar mejor que en su propio país (respecto al caso de Venezuela).

En esta ciudad en los últimos años ha habido un fuerte oleaje de inmigrantes venezolanos que pisan tierras norteamericanas buscando mejoras económicas (el sueño americano).

Solidaridad en redes sociales

Estos mismos venezolanos han organizado grupos en las redes sociales en Facebook como ‘Venezolanos en Miami’ y en WhatsApp ‘Venezolanos unidos’, ‘Venezolanos en Miami’, ‘Venezolanos en Miami 2’, ‘Venezolanos somos todos’, ‘Venezolanos en USA’, “Venezolanos en Betel” (significa Venezolanos en la casa de Dios), ‘Venezolanos en Betel 2’,  ‘Venezolanos unidos 1’ y ‘Yo soy venezolano’.

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Estos grupos tiene como objeto agrupar a todo aquel compatriota que se arriesgue a pisar la tierra del Tío Sam como una manera de mantenerlo informado ante cualquier oferta de empleo, alquiler de vivienda, entrega de alimentos gratuitos u otros servicios de interés en pro de ganar algunos dólares.

Pero del dicho al hecho…

Muchos de estos hermanos venezolanos son profesionales, quizás bajo el engaño del sueño americano o como lo mencionamos anteriormente, por las ganas de aventurarse a algo que desconocen completamente, prefieren abandonar su profesión que con tanto esfuerzo han logrado, para ir a ejercer trabajos forzosos, mal pagados, aceptar humillaciones por parte de los patronos capitalistas, y aceptar ser esclavizados por unos cuantos dólares.

Varios testimonios de inmigrantes venezolanos fueron publicados en una entrevista realizada por la cadena de televisión estadounidense Univisión, con la condición de no revelar sus verdaderos  nombres y no transmitir una imagen de lástima e indigencia, donde se evidencia lo que verdaderamente es el ‘sueño americano’.

Felipe Rugeles

Estudiaba el último año de secundaria y pensaba estudiar Ingeniería Mecánica en la Universidad Central de Venezuela. En el año 2014, justo cuando se graduó, Rugeles manifiesta que el país comenzó a ponerse mal económicamente. “Sentí que perdimos la calidad de vida. Cualquier profesión que yo pudiera estudiar no tenía sentido”.

En 2015 vine a Miami a hacer una diligencia, y volví a Venezuela. En el año 2016, Felipe regresó a Miami y ahora tiene cuatro meses viviendo en Miami y ha realizado trabajo forzado que nunca imaginó, por ocho dólares la hora.

“Aquí he hecho los trabajos que nunca imaginé”.  El joven afirma que de los empleos más fuertes que les ha tocado realizar ha sido el de la agencia de flores, cargando cajas en la madrugada, según Felipe las cajas pesan entre 15 y 20 kilos cada una, pero después de cargar 600 kilos en una jornada ya ni sientes las manos.

“Desde las 2 am llegan como 20 camiones y hay que vaciarlos todos. No te da hambre ni sed ni ganas de ir al baño, ni piensas en eso, de pronto te dan las 8:30 de la mañana, y hay que limpiar el almacén, apartar las cajas viejas y ordenar las nuevas de forma que quepan todas. Te pagan ocho dólares la hora. Son como 80 dólares por cada jornada, por los descuentos de impuestos”.

Rita González

Rita aterrizó en Miami hace siete meses con solo 200 dólares en efectivo. Los mismos que entregó para que en la agencia le consiguieran un empleo. Con dos amigas se repartía un pago de 2,000 dólares cada mes por limpiar un restaurant de madrugada. Ahora es ella quien cobra por buscar empleo y vive en una casa en Doral donde arrienda las habitaciones.

“Anoche fue la última vez. No vuelvo más a ese trabajo. Llegas a las 9 pm al restaurant y tienes que limpiar todo, la cocina entera, los baños, las mesas, todo, hasta las 5 am. Muy arrecho. ¿Sabes lo que es pasar toda la madrugada limpiando, solo con dos personas más?”.

Ofrecen 2.000 dólares, para ser repartidos entre tres personas, que deben trabajar de lunes a lunes. «Hice como 600 dólares entre mayo y junio, pero estoy demasiado cansada, eso es muy, muy fuerte.”

Llegó a Miami el 25 de febrero de 2016, se fue sola porque alguien le ofreció que le conseguiría un trabajo. Esos 200 dólares se los pagó a esa persona para que le consiguiera un empleo. Y los perdió. “No me consiguió nada”, expresó González.

“Pero ahora yo tengo mi propia agencia y me traigo gente y les consigo trabajo. En lo más que he trabajado es como camarera en hoteles. Hay unos donde te pagan mejor que otros, a 9.50 dólares la hora y haces como 80 dólares al día”.

Aquí hay mucha gente que te ayuda, gente solidaria y también gente que te estafa y te jode porque sabe que no los puedes demandar. Un tipo nos vendió un carro y nosotros le pagamos con nuestro carro en Venezuela. Pero resulta que el carro que nos dio dejó de rodar al segundo día y él no nos quería responder. Insultó a mi esposo y le dijo que lo denunciaría a inmigración. Cuando yo tenga papeles lo quiero denunciar, ahorita no puedo.

Enrique y su esposa Ana

Otro entrevista publicada por el diario ‘El Nuevo Herald’ en su portal web el pasado mes de mayo, con las mismas condiciones de proteger su identidad, es el de Enrique y su esposa Ana, quienes abandonaron Venezuela hace más de un año, huyendo según ellos de la persecución política y buscando un mejor futuro para su hijo de cuatro años. Ante la desesperación que sentían, decidieron dejarlo todo y emigrar con los bolsillos vacíos, portando solo una tarjeta de crédito con la posibilidad de $700, el monto establecido para un cupo viajero en Venezuela.

Actualmente viven y duermen en el almacén del negocio donde trabaja Enrique, donde tienen pocas comodidades.

La pareja y el niño duermen en un colchón de aire, pero lo más problemático es la hora del baño: con un envase plástico se van echando agua en el cuerpo desde el grifo del lavamanos. Como el baño no tiene desagüe, cada vez que terminan les toca recoger toda el agua que cae al piso, con un trapo y un balde.

Ana estaba embarazada y recientemente perdió el bebé.

Venezolanos viven de la caridad

Los organizadores de la entrega alimentos gratuitos a las personas necesitadas, son voluntarios que portan franelas que se pueden leer ‘Farm share’ que significa ‘granja de cuotas’. Estos empacan y reparten insumos alimenticios que aportan las grandes cadenas de comida en el sur de Florida. Los voluntarios de la repartición pasan uno a uno por los carros y colocan en el vidrio delantero de cada auto el número de familias que necesita las bolsas de verduras, pollo, carne, hortalizas: 1, 2, 3 se lee en los parabrisas. Grande, en colores. Al cabo de un par de horas, o más, las familias obtienen lo que necesitan, agradecen y se van.

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Muchos de los venezolanos como Isabel Martínez de 36 años, odontologa de profesión se dedica todos los sábados a recorrer las ferias de entrega de alimentos gratis. “Aquí me han ayudado mucho y me han regalado muebles y cosas”.

Isabel manifiesta “Yo estoy dispuesta a limpiar, cocinar, cuidar niños, lo que sea, no me importa. Aquí, con todos los sacrificios, estamos mejor que en Venezuela”.

Helena, es otra venezolana que manejó una media hora, para hacer otra fila de carros en el estacionamiento del zoológico de Miami (Metro Zoo) en Kendall donde reparten alimentos gratis.

Otro caso que menciona Univisión en la entrevista es el de Marta López quien también esperaba turno dentro de su carro. Ella va a esos lugares, a veces como voluntaria para entregar (desde el amanecer) y otras para luego llevar comida a sus paisanos, que no pueden asistir a esos eventos porque trabajan o duermen después de las jornadas de madrugada en trabajos forzados. “Cada vez vemos más venezolanos en estas colas”, expresa.

“Aquí están pasando cosas muy fuertes, qué horrible lo que nos ha pasado a los venezolanos”, afirma López.

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Cometen delitos

El año pasado en el mes de abril el diario El Mundo en su porta digital, público sobre una red que organizaba matrimonios fraudulentos con el objetivo de gestionar papeles migratorios a extranjeros, que fue descubierta por las autoridades estadounidenses en Florida.

Esta red cobraba a los extranjeros una tarifa para organizar matrimonios con ciudadanos estadounidenses o con residencia legal en Florida (sureste de EEUU).

Dicha red estaba conformada por colombianos, argentinos y venezolanos.

Interrogantes

Grandes pueden ser nuestras dudas al respecto después de conocer los testimonios de estos venezolanos que se arriesgaron a dejar su tierra para luego convertirse en unos simples inmigrantes.

¿Por qué irte de tu país como profesional para dejarte tratar en otro como un analfabeto?

¿Por qué permitir ser esclavizado en otro país por unos cuantos dólares, si en tu país puedes ser libre por unos cuantos bolívares?

¿Por qué dejar que te humillen en otro país por ser un simple inmigrante, si en Venezuela puede exigir derechos como venezolano?

¿Por qué hacer largas colas para que te regalen alimentos en otro país, mientras te quejas cuando debes hacer cola en Venezuela para comprarlos?

¿Por qué dejar en algunos casos todos tus bienes muebles e inmuebles en Venezuela, para esperar que en otro país asociaciones de caridad te regalen enseres esenciales para vivir?

¿Por que permitir que en otro país se vulneren tus derechos, si en Venezuela tienes todo el derecho a ser respetado? 

¿Por que decidir convertirte en ‘pobre’ en otro país, cuando te quejas de ser pobre en Venezuela?

Doblemente pobres

Aunque la pobreza es un factor que debe ser eliminado completamente en Venezuela, muchos preferirán ser pobres venezolanos, que doblemente ‘pobres’ en otro país, ‘pobres’ por no tener que comer ni donde dormir, y ‘pobres inmigrantes’.

Es necesario que todos los venezolanos seamos conscientes que en otro país seremos siempre unos simples inmigrantes y que seremos tratados como tal, sin derechos, sin prioridades para el sistema social de ese país donde decidimos inmigrar, sin voz, ni voto, donde simplemente nos verán como mano de obra barata capaz de conformarse con las miserias de los nativos.

Aquí les mostraremos varios videos de cómo los propios nativos, e inmigrantes sobreviven en EEUU

¡Saquen sus propias conclusiones!

DesdeLaPlaza.com/Agencias/Rubén Scorche