Hace un año se despidió el «Divo de Juárez» Juan Gabriel

“…pero no me dejes nunca, nunca, nunca, te lo pido por favor” sin embargo, la vida no es eterna, y fue él quien nos dejó. Hoy hace un año el divo de Juárez, cerró sus ojitos para no abrirlos nunca más, pero sus letras y melodías por siempre nos acompañarán.

Qué latino no ha entonado “Se me olvidó otra vez” durante un despecho, forzado el gañote con “Querida” para animar una fiesta, o recordado un ser querido que partió con “Amor eterno”… Juan Gabriel es más que un cantante, ya que durante más de 40 años de vida artística, logró convertirse en icono y referencia obligada de la música hispana, calando en el alma de sus admiradores con cada una de sus letras.

El 28 de agosto de 2016 quedará marcado en la historia como la partida de una estrella. Tenía 66 años y falleció de una infarto en la ciudad de Los Ángeles, EEUU. Por ello, recordemos cómo fue la historia del gran Juanga y por qué vivirá por siempre en nuestros corazones.

Un comienzo difícil

Los comienzos de este artista mexicano no fueron fáciles, la vida le tenía preparado un camino de rosas, pero al principio sólo eran espinas. Hijo de los campesinos Gabriel Aguilera Rodríguez y Victoria Valadez Rojas; nació el 7 de enero de 1950, en Parácuaro, Michoacán, México, y fue bautizado Alberto Aguilera Valadez, como es su nombre real.

Desde los 5 años, fue internado en un colegio en la Ciudad de Juárez donde adquirió habilidades de hojalatería y desarrolló su vena musical.  Pero su estancia en la institución no era tan grata y limitaba sus sueños, por lo que a los 13 años escapó y vivió con un maestro, Juan Contreras, a quien le profesaba un cariño paternal.

Para ganarse el pan diario vendía en la calle artesanías de madera, mimbre y hojalata, hasta que poco después volvió con su madre y se dedicó a preparar burritos (comida mexicana) para comercializar.

Adán Luna

El éxito seguía aguardando, por lo que tiempo después emprendió su viaje al estrellato. En 1966 consiguió su primera oportunidad como cantante en el programa Noches Rancheras, en Ciudad Juárez, donde el conductor Raúl Loya lo apodó “Adán Luna”.

Allí quedó todo. Siguió presentándose como Adán Luna es bares y locales nocturnos sin mayor relevancia, mientras seguía recibiendo el rechazo de varias compañías discográficas. Aunque no todo fue en vano, una de esas noches conoció a una mujer que se apellidaba McCulley, que se convirtió en una especie de hada madrina al financiarle los viajes para sus presentaciones y a la que siempre recordó con especial afecto.

Lamentablemente en uno de esos viajes, en 1970 fue acusado falsamente de robo y estuvo preso durante un año y medio, pero consigue salir, ayudado de la célebre Enriqueta Jiménez “La Prieta Linda”. Fue ella quien grabó “Noche a Noche”, que fue el primer tema grabado como compositor. Posteriormente, fue llevado por la Prieta a la RCA, la catedral del disco en Latinoamérica.

Solo éxitos 

Ese fue el impulso que necesitaba para ascender. En 1971, a los 21 años, cambió su apodo artístico a Juan Gabriel, en honor a su profesor del internado y a su padre. Con ese nombre firma su primer disco “El Alma Joven” y lanza su single “No tengo dinero” que alcanzó un éxito tal que vendió más de dos millones de copias y aún se escucha en nuestros días.

Desde allí sólo cosechó éxitos. Grabó decenas de discos como solista y varias colaboraciones y duetos. La pareja musical con la que causó más furor fue la cantante española Rocío Dúrcal, que popularizó su tema “Amor Eterno” que se dice, escribió tras la muerte de su madre.

También tuvo sus momentos en la pantalla grande, en la que incluso filmó una película autobiográfica  titulada “Noa Noa”, proyectada en 1982.

Entre sus canciones más coreadas, figuran “Abrázame muy fuerte”, “Hasta que te conocí”, “Te sigo amando”, “No vale la pena”, «Yo no nací para amar»  así como “Se me olvidó otra vez”, “Querida” y “Amor eterno”.

Por si fuera poco, fue nominado en numerosas ocasiones a los premios musicales de mayor prestigio, obteniendo varios de los galardones, entre los que destacan 12 Billboard, 11 premios Los Nuestro, e incluso, un MTV Music Award.

Asimismo, en 1996 ingresó al Salón de la Fama de Música Latina de Billboard; tiene en su haber más de mil discos de oro, platino y multiplatino; una Estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood y se le otorgó  las “Llaves de la ciudad” en el Vaticano, Madrid, Asunción, Bolivia, Perú, Argentina.

 Juanga y el corazón

“Los que se ve no se pregunta” fue lo que le respondió Juan Gabriel a Fernando del Rincón, cuando durante una entrevista en el año 2002 le preguntó si era gay. Sin embargo, la sexualidad del Divo de Juárez nunca fue completamente pública, y aunque se le conocieron unos cuantos amores, nunca confesó abiertamente su presunta homosexualidad.

De hecho, se dice que nunca se le permitió usar el traje de charro (mariachis mexicanos), por no ser lo suficientemente “macho”, aunque ello no le impidió que usase un polémico y ataviado traje rosa en algunas de sus presentaciones.

En el 2011, el cantante Jas Devael, enseñó a la prensa un anillo que presuntamente le había entregado Juan Gabriel, pidiendo su mano en matrimonio, pero esto nunca fue confirmado por el artista.

Lo que sí es un hecho, es que tuvo cuatro hijos con Laura Salas, aunque siempre se dudo si eran biológicos.

Sin lugar a dudas, su vida siempre estuvo marcada por los escándalos mediáticos y los rumores de la prensa rosa, pero esto nunca empañó la carrera de este showman, cuya sola presencia iluminaba el lugar y que por siempre quedará grabado en el sentimiento de su publico como el grande de la canción romántica latinoamericana.

Desde La Plaza /ABD