Leyendas y mitos urbanos basados en hechos reales

Seguro que todos tenemos conocimiento de algunos mitos y leyendas urbanas que se han ido transmitiendo de padres a hijos. Historias que por su contenido carecen de fundamento y sentido común. Pero como “de que vuelan, vuelan”, aquí te presentamos aquellas que estan basadas – al menos en parte- en hechos reales, en distintas partes del mundo.

El Hombre Verde o Charlie sin cara

Si tienes la oportunidad de visitar la zona oeste de Pensilvania, EEUU y no preguntas por el al Hombre Verde de Pittsburgh, también conocido como Charlie sin cara, tu viaje fue un fracaso.

La leyenda se centra en la historia del hombre deforme que podía verse durante la noche al pie de la carretera fumándose un cigarrillo mientras el humo se le escapaba por sus mejillas.

Según cuentan, el Hombre Verde sufrió un accidente -del que existen diferentes versiones- que le desfiguró la cara. Cualquiera que fuera la causa, todas las historias coinciden en su piel se volvió verde y sus rasgos faciales desaparecieron.

Lo cierto es que esta leyenda tuvo su origen en una historia real.

Durante 50 años, hasta la década de los 80, Raymond Robinson -herido en un accidente eléctrico en el que perdió los ojos, la nariz, una oreja y un brazo- solía caminar en solitario por las noches por la ruta 351. Su piel estaba tan dañada que desprendía un tono extraño. Esto fue en lo que se basaron para apodarle de ese modo. Pasó sus días aislado del mundo, escuchando la radio, aprendiendo Braille y haciendo cinturones y caretas de cuero.

El Coleccionista

Una de las leyendas urbanas más comunes de este personaje trata del vecino que recogía partes de cuerpos humanos y las exponía orgullosamente en tarros de cristal.

Pero el coleccionista parece haberse hecho real en Rusia, por lo menos en parte una vez que elhistoriador Anatoly Moskvin, de 46 años, fuera arrestado en 2011 después de conocerse que había desenterrado a niñas de entre 3 y 12 años, para llevarlas a su casa, donde las momificaba y las vestía como muñecas.

Moskvin, quien habla 13 idiomas y fue descrito durante el juicio como “un genio”, dio nombres a las niñas momificadas y organizó fiestas de cumpleaños para ellas.

La leyenda del Chico Perro

Esta historia habla de un personaje que hace pensar en Elvira de los Looney Tunes como un angelito.

Este mito se origina en Arkansas, Estados Unidos, y su terrible historia involucra a un niño siniestro que pasa sus años de juventud torturando sin piedad y experimentando con perros y gatos locales. Según la creencia, también contaba con poderes paranormales.

La leyenda del Chico Perro es en parte real, basada en la vida de Gerald Floyd Bettis, quien solía tener su casa familiar atestada de perros y gatos callejeros para torturar. Aparentemente, también fue un tirano con sus padres, ya que según vecinos los mantenía aprisionados en el segundo piso y solo les daba alimentos cuando decidía que era su momento de comer.

No existen pruebas de que tuviera poderes sobrenaturales, pero sí se sabe que era un hombre gigante de casi 2 metros de altura y más de 130 kilos.

Cropsey: El “Coco” de la vida real

Cropsey realmente es una especie de “Coco” que se roba a los niños. La leyenda urbana se desarrolló entre los años 70 y 80 después que varios niños desaparecieron en Staten Island.

Dentro de un bosque cercano se encontraba el Asilo Willowbrook para niños mentalmente discapacitados, una institución que más adelante se haría famosa por sus terribles condiciones de vida.

A finales de los 80, la policía finalmente encontró a un hombre llamado André Rand, un ex-empleado de la institución que desde su renuncia habría vivido en medio del bosque. El sujeto en cuestión abusaba de drogas y era posiblemente ocultista, el candidato perfecto para ser un “Coco” de verdad.

Aunque nunca fue imputado con los cargos de los asesinatos de los niños, Rand se encuentra actualmente cumpliendo una pena de 50 años por secuestro y asesinato en primer grado, y es el principal sospechoso en las desapariciones de Cropsey.

Los vampiros andinos comedores de grasa humana

Esta es una historia particularmente espantosa y desagradable. El mito urbano es similar a aquella popular leyenda sobre el tráfico de órganos humanos, pero en realidad tiene su origen hace 400 años en Perú, que habla sobre unas criaturas conocidas como pishtacos.

Los habitantes locales hablaban de vampiros que acechaban y se alimentaban de la grasa de los turistas, dejando atrás sus demacrados cuerpos. Al final, resultó ser que el rumor no era tan falso, excepto que se trataba de traficantes que engañaban a las personas y les quitaban la grasa para venderla en el mercado negro.

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El País publicó en su página web «Cae banda peruana que mataba para robar grasa humana» – Captura de pantalla

La policía peruana investigó esta historia por años, pero no fue hasta 2009 cuando el General Eusebio Félix Murga, director de la unidad de investigación criminal, anunció que habrían desmantelado una banda criminal que, en efecto, traficaba con grasa humana.

Sobrevivir a una congelación total

No hay persona capaz de sobrevivir a una congelación completa. No, ni siquiera Walt Disney.

Sin embargo, en el año 1981 tuvo lugar una historia sorprendente que desafió a toda lógica. Jean Hilliard, residente en Dakota del Norte, EEUU, fue encontrada congelada tras sufrir un accidente de coche. Las temperaturas habían descendido a -30º bajo cero y Jean consiguió caminar dos millas desde el lugar del accidente, hasta que se desplomó a 5 metros de la entrada de la casa de un amigo.

Recorte de periódico con la historia de
Recorte de periódico con la historia de Jean Hilliard

“Cuando llegó al hospital de Fosston, Minnesota, su piel era muy difícil de perforar con una aguja hipodérmica. Su temperatura era demasiado baja para aparecer en un termómetro. Su rostro estaba pálido y sus ojos eran sólidos y no respondían a la luz. No puedo explicar cómo logró sobrevivir. Ella estaba congelada, literalmente. Es un milagro“, contaba el Dr. George Sather, uno de los médicos que trató a Jean.

DesdeLaPlaza.com/La Voz del Muro/COM