¿Por qué los gatos siempre caen de pie?

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Los gatos no tienen siete vidas como asegura el dicho (nueve, en la cultura anglosajona), pero un genial mecanismo de su cuerpo sí les ayuda a vivir más años en caso de accidente. «El sentido del equilibrio en los felinos es tan excepcional que los protege durante las caídas accidentales, de modo que, sea cual sea su postura inicial, facilita que se dé la vuelta para aterrizar con las cuatro patas apoyadas en el suelo».

Hoy en el Día Internacional del Gato te diremos ¿cuál es el secreto de los felinos para conseguir esta hazaña? Un perfeccionado sistema de cinco tubos, rellenos de líquido y alojados en el interior de los oídos del gato, es el responsable de esta gesta. Los conductos están cubiertos de finos pelos en su interior, y estos vellos metidos en el líquido detectan cualquier giro o movimiento extraño en el gato.

La disposición de esta capa peluda en el interior de los oídos ofrece valiosa información al resto del cuerpo del animal en caso de caída libre. Y en cuestión de décimas de segundos, traslada a cabeza, tronco y patas cuál es la posición correcta para amortiguar el golpe de la mejor forma posible, es decir, con un aterrizaje sobre las cuatro patas.

Según la investigación Por qué los gatos viven nueve vidas, coordinada por Jared Diamond y publicada en la revista científica Nature, el 90% de los felinos que cayeron por accidente desde pisos con alturas de entre 2 y 32 plantas sobrevivió.

¿Cómo lo hacen? En caso de caída, el tiempo que tarda el cuerpo del gato en detectar que hay un problema es mínimo. Menos de una décima de segundo después de que las patas pierden el contacto con suelo firme, los órganos responsables del equilibrio se ponen a trabajar.

La primera información que recibe el cuerpo del felino que se precipita en caída libre del sistema tubular alojado en sus oídos es cuál debe ser la posición normal de la cabeza. Este reflejo provoca el giro inmediato del cuello del animal, de tal modo que permite a la cabeza de nuevo colocarse en su altura habitual.

«Tras poner su cabeza en la posición normal durante la caída, el gato provoca un movimiento interno que causa el giro del resto de sus músculos», añade el ingeniero Huy Nguyen, autor de la investigación ¿Por qué los gatos siempre aterrizan sobre sus patas?

Tras la cabeza, gira la espina dorsal del felino y, con ella, primero las patas delanteras y, por último, las traseras. Una vez en esta posición, es más fácil para el animal caer al suelo sin hacerse tanto daño. Este movimiento completo de la caída del gato sobre sus cuatro patas está grabado a cámara lenta:

El sofisticado sistema de equilibrio del gato aún reserva alguna sorpresa más. Durante sus caídas en principio más complicadas, por su mayor altura, los felinos son capaces de formar un paracaídas con su cuerpo, ya que estiran sus cuatro patas y redondean de manera acusada su espalda. Así, el gato incrementa la superficie de rozamiento de su cuerpo con el aire, aumenta el rozamiento y, en consecuencia, reduce la velocidad de su caída. La peculiar figura que adopta explica que la postura reciba el sobrenombre de gato paracaidista.

«De este modo, los felinos reducen la velocidad de su caída libre a un máximo de 85 kilómetros por hora, la mitad que lo que alcanzaría una persona en las mismas circunstancias; aunque sigue siendo una gran velocidad, este mecanismo permite a muchos gatos sobrevivir durante las caídas más peligrosas».

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