La presa más famosa de este país no ha regresado a la cárcel de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) dónde tenía que haber acudido a las 11 horas del pasado miércoles, tras disfrutar de seis días de su segundo permiso penitenciario. Una fuerte descompensación que ha sufrido su organismo por las constantes subidas y bajadas de azúcar la obligaba a ingresar alrededor de las 23:20 horas del martes en el hospital privado Infanta Luisa de Sevilla. Allí permanecía ingresada en observación, al cierre de esta edición. Una situación anómala que que incumple la normativa penitenciaria.
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Pantoja permaneció desde las 11 horas hasta las 17 horas de ayer miércoles sin custodia policial, tal y como obliga la ley tanto en los traslados desde las prisiones a los centros médicos, como en este caso contrario en que la presa ya había ingresado en un hospital. Corresponde a las Fuerzas y Cuerpos de seguridad del Estado (FCSE) custodiar a los presos que permanezcan en el hospital, para evitar posibles fugas.
Esta misma legislación sí considera que hay que tratar al preso como un paciente más garantizándole toda confidencialidad en su proceso asistencial. De ahí que desde el hospital Infanta Luisa no se haya pronunciado nadie y ni siquiera se emitiera un comunicado oficial que evitara la confusión informativa tan habitual en este caso.
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