La caja de mi adicción

«Ver la tele es muy malo, lo han dicho hoy en la tele.»

Vicenta de ANHQV

A veces cuando la prendo me pongo a ‘intensear’ sobre lo que, en parte, sienten los adictos a las drogas duras, paralizada en un pedacito de la casa, me quedo lela con la fluorescencia de las luces. No logro ver lo que me rodea porque lo que capto de ello se ve distorsionado.

Entre el barullo de imágenes percibo ideas vagas e inconscientemente dejo de prestarle atención a los sonidos del exterior (como el de los vecinos y su “qué viva shangoo”). La pepa de mis ojos se dilata, poco a poco voy cayendo en un estado más y más profundo. Comienzo a llenarme la cabeza de mentiras, fantasías y de expectativas exageradas.

Los adictos nunca dicen la verdad, lo acepto, pero a pesar de que nada será tan perfecto como vivir la realidad, existe un morbo y una dependencia super rara a ella, porque no existe la necesidad de tomar decisiones complejas. Veo mis manos, tiemblan y me dejo llevar por la experiencia que así sea por unos pocos o largos minutos me hará gozar.

Ella es un nivel, no quiere saber nada de mí y hace todo lo posible para agradarme.

No le importa si soy de un lado, o, si soy de otro porque siempre está en el medio de todo. No quiere saber nada de ti, pero te deja que la uses como te dé la gana. Está llena de opciones, y adivinen lo mejor, siempre estará para ti y para mí, así que no, no iré a ningún lado a darle mi amor a más nadie que no sea ella.

Me fascina que siempre quedo satisfecha, conforme y con ganas de más… Luego me arrepiento, digo que está mal, que pude hacer mejores cosas, que pierdo mi tiempo haciendo eso, que debo madurar y parar de hacerlo, pero con la televisión al igual que con todas las drogas… siempre caes.

Ya va, disculpen el atrevimiento de la pregunta pero recuérdenme ¿por qué es que dicen que es una basura?

DesdeLaPlaza.com / Yamalit Liendo