Rosetta El rostro de la marginación (1999)

Esta película francobelga, dirigida por los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenn, ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes de 1999, lleva a la pantalla la realidad de los marginados, no solo de Europa (donde cada día son más, producto del sistemático desmontaje del Estado de Bienestar que adelanta el Capital Financiero) sino del mundo entero. Es un filme que rehúye de las fórmulas y convencionalismos del cine industrial y que propone una mirada autoral que reivindica las contingencias y las batallas diarias que libran los excluidos del mundo entero.

La película nos lleva por algunas semanas de un invierno en la vida de Rosetta, una joven de unos 17 o 18 años, quien vive a las afueras de una ciudad belga, en un estacionamiento de casas rodantes, junto a su madre alcohólica. Aterrada ante la idea de caer en el mismo abismo de su madre, quien se somete a vejaciones constantes solo para poder sobrevivir y mantener su vicio, Rosetta busca la salvación en un trabajo: un esquivo objetivo que la llevará a someterse a humillaciones e incluso a ser desleal y hasta violenta, en función de su supervivencia, en el empeño de no desaparecer y de ser normal. Filmada a modo de falso documental, la cámara en mano, la ausencia de música en la banda sonora, la verosimilitud lograda con el arte o la aparente falta de éste, la gran interpretación de Emile Dequenne y los criterios de dirección que nos mantienen al filo del asiento en medio del bombardeo dramático trepidante, componen una obra cinematográfica profundamente conmovedora, que sin envolvernos en artilugios grandilocuentes, logra colocarnos en la piel de esta joven, quien solo intenta dar la pelea en contra de la marginación y la miseria.

Existe la percepción generalizada y apoyada por los grandes aparatos culturales del capital, de que en el mal llamado primer mundo no existen historias como la de Rosetta, que se trata de países que han superado todas las calamidades sociales y se trata de sociedades plagadas de bienestar y prosperidad. Bien puede servir esta película para abrirle los ojos a muchas personas sobre la realidad que viven muchos individuos en el mundo industrializado, donde historias como la de Rosetta son cada día más frecuentes, lamentablemente, mientras que en la Patria Grande, cada día son más las personas que logran dejar atrás la exclusión y la marginación.

DesdeLaPlaza.com / Vea / DG