Derecho a réplica por artículo sobre Caneo Arguinzones

Como es deber en todo medio de comunicación y como lo consagra el artículo 58 de nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, publicamos este derecho a réplica que nos envía María José Escobar sobre un artículo referente a la muerte de la poeta Caneo Arguinzones, publicado el 18 de octubre de 2014 en nuestro portal

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1 Caneo nunca se graduó de Licenciada en Letras. 2 La autora del libro del Perro y la Rana Poemas de Insomnio y lluvia (2001) soy yo. 3 La Antología sexo genero diversa latinoamericana y contemporánea publicada por la misma casa editorial llamada: Versos Di-Versos fue realizada por mí y por José Zambrano. 4 Geraldine Giménez y mi persona estuvimos 3 años de productoras y locutoras de la Mancha Radio, nunca mi amiga. 5 El premio de Metro Relatos entregado por el Metro de Caracas y Monte Ávila Editores por el cuento Gestación fue otorgado a Mariajosé Escobar y no a ella. 6 Incluso, algunos de mis poemas le fueron adjudicados a mi amiga en varios medios.

Yo no soy Caneo Arguinzones

 Mariajosé Escobar

Caneo Arguinzones fue una de mis mejores amigas. Lamentablemente, casi nadie vio en su único libro publicado Zoo, Anatomía del Insecto (Premio de Autores inéditos de Monte Ávila 2011) el grito desesperado de un Ser que pedía auxilio de la única manera que podía: en su poesía. La conocí en la UCV desde el año 2005, y comenzamos a ser hermanas en La Asamblea Socialista del Pasillo (ASP) año 2007. Yo sí vi su necesidad de ayuda, no solo con el primer poema inédito, en ese momento, que me leyó, sino con las múltiples conversas, lágrimas, alegrías, insomnios, aventuras, viajes, palabras escritas, tonteras (como ella decía), clases, dibujos, chismes, miradas que decían más que palabras, gestos y rabias que compartimos, y acudí a su llamado, lamentablemente, los pocos que lo notamos no pudimos contener el horror que ahora todos los que la amamos vivimos desde el año 2014 en que decidió irse de este mundo.

Las razones de Caneo las conozco de primera fila y, honestamente, aunque sé que me toca, como diría el escritor Rubí Guerra La Tarea del testigo, no estoy preparada para cumplir aún esa misión y no sé si realmente algún día lo esté.

Quisiera lograr entender por qué la intelectualidad no sólo de Venezuela, sino del mundo entero rinde homenajes a la gente cuando muere (sobre todo cuando muere de la forma trágica y, evitable, en que ella murió) y por qué no celebrar su vida: el amor que fue su vida, la lucha que fue su vida, la hermandad que fue su vida, la ternura que fue su vida cuando más ella lo necesitaba: EN VIDA. Pero tal vez nunca lo logre, o tal vez la intuición (terrible y secreta) que tengo al respecto sea cierta, cosa que realmente jamás quisiera confirmar pues me decepcionaría un poco bastante del mundo literario y del mundo en general y en esta etapa de mi vida, es lo menos que necesito.

Realmente, no comprendo del todo por qué cada octubre vuelven las lágrimas en los ¿ojos? de quiénes ni la nombran en todo un año –por eso suspendí mis redes sociales hasta enero, pues de verdad no comprendo ni voy a participar de la moda que han hecho de mi hermana, cuestión que ella odiaría- en vez de celebrar su vida el 17 de abril, que es el día de su cumpleaños, pero trato de entender que occidente es una cultura algo necrófila y que, dolorosamente, para gente como yo y para sus verdaderos amigos y su familia que la tenemos presente siempre, ensalza más la muerte de un poeta que su vida. Por algo Las Fulanas Esas tratamos de visitar la tumba de Aquiles Nazoa en su cumpleaños, aunque cuando no lo logramos lo hacemos en su muerte pero no con lloradera –como el mismo hubiera odiado al igual que Caneo y prueba de ello es el poema en el que se burla de cómo dicen en los velorios “ha quedado igualito”, poema que por cierto Caneo leía mucho y le causaba una risa de enorme-.

En fin, creo amigos y amigas, camaradas y camarados, poetas y poetos, cófrades todos que tal vez la equivocada soy yo, que nací en occidente y odio el culto occidental de la muerte llorosa, no de los indígenas y de toda Latinoamérica que celebraban la muerte –la que fuera- como un paso hacia la otra vida.

Aunque me duela y nos duela a morir CANEO DECIDIÓ MORIR, y no había nada que yo, ni sus amigos más cercanos pudiéramos hacer al respecto. Mucho lamento que no me estuvo permitido cumplir su última voluntad que era: “Majo, si yo muero primero, porfa ayúdame a que me entierren, quiero que mi cuerpo sea casita de insectos”. Pero ahora que lo veo tal vez una tumba agudizaría ciertas tendencias necrofílicas de algunos.

Necesario es para mí luego de 2 años en los que el primero estuve entregada a su muerte y enterrada con ella en una depresión horrorosa y el segundo me ha tocado elaborar un duelo sumamente doloroso a destiempo, necesario es para mí, decía, aclarar ciertos errores que se cometieron cuando ella murió y lo necesito no por vanidad, sino por salud física, emocional, psicológica y espiritual:

1Caneo nunca se graduó de Licenciada en Letras. 2 La autora del libro del Perro y la Rana “Poemas de Insomnio y lluvia” (2001) soy yo. 3 “La Antología sexo genero diversa latinoamericana y contemporánea” publicada por la misma casa editorial llamada: “Versos Di-Versos” fue realizada por mí y por José Zambrano. 4 Geraldine Giménez y mi persona estuvimos 3 años de productoras y locutoras de “La Mancha Radio” nunca mi amiga. 5 El premio de Metro Relatos entregado por el Metro de Caracas y Monte Ávila Editores por el cuento “Gestación” fue otorgado a Mariajosé Escobar y no a ella. 6 Incluso, algunos de mis poemas le fueron adjudicados a mi amiga en varios medios. 7 Caneo odiaba la palabra poetiza.

Todos estos errores hicieron mi duelo mucho más difícil y escabroso –cosa que ya era bastante por el inmenso amor en el sentido de filia que nos unió a las dos- Copio acá uno de los poemas míos que le adjudicaron a Caneo. Me enteré de ello de una manera sumamente dolorosa, cruel e injusta: en el único homenaje –privado- que hicimos Las Fulanas Esas a Caneo en su lugar favorito, una de las presentes –que no tiene culpa alguna- recitó muy conmovida este poema de memoria:

III

habitante crepuscular

que vives en mí

                                                                calladito

Enróscate en mis ojos

multiplícate

vibra

pero no te muestres

Y dijo que era de Caneo Arguinzones. Las palabras ahogadas en llanto solo me permitieron decir: “ese poema es mío” y es inédito en papel, solo está publicado en la página Gente Emergente, en el que también hay poemas de mi amiga, gracias a una persona muy querida.

Con esto, además de deslastrarme de dolores y aclarar bien las cosas –que intenté aclarar infructuosamente en su momento (por el consejo de una profesora de Letras) pero ninguna de las agencias que reprodujeron el error quiso publicarme y sólo pude publicar algo no muy decente en Aporrea (digo no muy decente pues está escrito desde la negación)-

Quisiera SUPLICAR a quienes tiene el poder de publicar cosas tan dolorosas, tengan más cuidado la próxima vez con el copia y pega, e investiguen un poco mejor, ya que tratando de reivindicar una vida pueden colaborar a destruir otra y NADIE sabe exactamente cuánto daño puede hacerse a otro Ser con errores así, ni qué consecuencias puede tener ese daño. A esa súplica voy a unir otra: “Dejen ya de preguntarme por Caneo, ella murió y si yo, su mejor amiga, si sus hermanos, familia y demás amigos la dejamos ir, por favor, creo que es bastante grosero seguir manteniéndola atada de esa manera, y si necesitan saber de ella, pregúntenme por su vida, por lo que hizo –que fue bastante- y no por las razones que la llevaron al suicidio”.