Descubren diente humano de más de 1.000 años

Un equipo internacional de investigadores ha descubierto una “Pompeya microbiana” conservada en los dientes de esqueletos de alrededor de 1.000 años de antigüedad.

El hallazgo ha sido posible gracias al cálculo dental que se forma como resultado de la mineralización de la placa bacteriana, esto es, del conjunto de microorganismos, saliva y restos alimenticios que se van depositando sobre las piezas dentales.

El cálculo, por tanto, preserva las bacterias y partículas microscópicas de los alimentos en las superficies de los dientes, dando lugar a una auténtica “tumba” de microorganismos.

Allí es donde los científicos han descubierto que la cavidad bucal de los antiguos humanos estaba poblada por numerosos patógenos, como los que provocan las caries y la enfermedad de las encías o periodontal.

En aquel entonces, esta enfermedad era causada por la misma bacteria que actualmente, a pesar de los importantes cambios que se han producido en la dieta y la higiene bucal humanas, revela el estudio.

El análisis del microbioma (conjunto de microorganismos) de esos dientes antiguos ha revelado asimismo que ésta contendía ya la maquinaria genética básica de resistencia a los antibióticos, a pesar de que estos medicamentos no existieron hasta la década de 1940. En cuanto a los alimentos que consumían aquellos humanos, el estudio del cálculo dental ha revelado que en su dieta había verduras.

Utilidad del hallazgo

El hallazgo permite indagar en la historia de la salud y de la enfermedad humanas, así como reconstruir aspectos de la historia y las actividades de la vida de los individuos de la época. Nunca antes había sido posible recuperar tanta información de una pequeña muestra, aseguran los investigadores.

Además, el análisis tendría implicaciones para la comprensión de la evolución del microbioma oral humano y de los orígenes de la enfermedad periodontal, que se caracteriza por la inflamación crónica y la pérdida de hueso dental.

Hoy día, la enfermedad periodontal severa afecta a más del 10% de la población mundial y está vinculada a diversas enfermedades sistémicas, como trastornos cardiovasculares, derrame cerebral, enfermedad pulmonar o diabetes tipo II.

DesdeLaPlaza/Tendencias21/MD