Ningún director de cine venezolano se atrevió a incursionar en el género tan delicado del suspenso, cuyas producciones suelen tener solo dos opciones de crítica: un verdadero éxito y un total fracaso. En tipo de cintas no hay términos medios.
Sin embargo, la ópera prima de Alejandro Hidalgo se las jugó todas con La casa del fin de los tiempos. Pieza protagonizada por Ruddy Rodríguez que logra un inesperado éxito tanto en la crítica como en la taquilla, donde alcanzó el respetable número de 44 mil espectadores en su primero semana de proyección en Venezuela y un total de 600 mil espectadores durante su tiempo en cartelera.
De hecho, Cesar Rivas Serrano, productor ejecutivo del largometraje, dijo que cuando aún la obra estaba en planificación, el equipo no dejó de cuestionarse sobre sobre el riesgo de presentar un largometraje de suspenso sin precedentes, pero confiaron en sus instintos.
“No sabíamos cuál iba a ser la reacción o el apoyo del público, además es un género que tiene sus exigencias, donde es muy fácil que el espectador salga de la sala diciendo ‘no me sorprendió para nada, no me gustó’. Siempre supimos a qué nos enfrentábamos, pero creímos en el sueño que nos habíamos embarcado y entregamos lo mejor de nosotros”, comentó.
¡Y sí que lograron!, pues hasta el hasta el momento, La casa del fin de los tiempos ha sumado 10 galardones, entre los que destacan el premio a Mejor Película en el III Festival Binacional Colombia-Venezuela 2014, evento que se realizó en las ciudades de San José de Cúcuta y San Cristóbal del 13 al 17 de julio.
Ante tales existo, sus hacedores se encuentran muy entusiasmados e incluso han apostado por su internacionalización, pues a partir de este miércoles comenzará a ser proyectada en los cines comerciales de Colombia, esperando tener la misma acogida entre el público neogranadino.
¿Segunda parte a la vista?
Por el momento, el equipo de producción continúa trabajando para llevar esta cinca a nuevas latitudes. Sin embargo, no descartan la creación de una secuela o precuela de La casa del fin de los tiempos o de otra película cargada de la misma emoción y tensión de esta trama.
“No está programado hacerse una continuación de la película, al menos por los momentos. Sin embargo, nos preparamos para seguir satisfaciendo a este público amante del suspenso, con nuevas entregas e historias, que esperamos puedan superar sus expectativas”, reveló Rivas.
Refrescamiento
Vale destacar que con este largometraje, junto a otros títulos como Papita, maní y tostón, Azul y no tan rosa, Venezuela experimentó un refrescamiento del cine criollo, tan acostumbrado a los temas biográficos, de violencia, que solo reflejan una perspectiva de nuestro país.
“Creo profundamente que este nueva etapa, no sólo trae un beneficio para el público, sino también para los que trabajan en este hermoso medio, que ahora tiene más campo para ejercer, así como nuevo retos para los actores (…) Es asombrosos que ahora contentos con historias para enamorarnos, reírnos, divertirnos o asustarnos, desde la perspectiva de los venezolanos y eso es muy rico”, celebró el productor.
Crecimiento en disyuntiva
Sin embargo, en la actualidad existen muchos cuestionamientos y dudas sobre el buen desarrollo de cine venezolano, dado a las dificultades del sistema cambiario del país. En este sentido, Rivas opinó que no están exentos a esa realidad, pero que están dispuestos a “jugárselas” para seguir haciendo obras para la gran pantalla.
“El cine no escapa de la situación económica. Muchos de los procesos de una película se hacen fuera del país, muchos materiales y equipos se adquieren afuera, lo que se traduce en dólares (… ) Lamentablemente, por alguna razón el cine no está incluido entre los que pueden optar dólares preferenciales en las subastas del Centro Nacional de Comercio Exterior (Cencoex). Pero los siempre optimistas, los amantes del cine, tratamos de arreglárnosla para seguir adelante y seguir haciendo más y mejor cine”, alegó.
Apoyo del Estado
Afortunadamente existe la ayuda del Estado, que en el caso de La casa del fin de los tiempos recibió apoyo por el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC), institución que brinda un incentivo a los cineastas venezolanos desde el uso de los impuestos de todos los fanáticos del cine en general, apoyando con este dinero la creación de nuevas películas.
“Por ahora esperamos que siga el apoyo a todos aquellos que posean una propuesta innovadora, rica para los espectadores y realizable. Esperamos que el CNAC siga cumpliendo su labor con la calidad de siempre y que el cine nacional siga creciendo en libertad de géneros, temas y expresiones”, concluyó.
Desde La Plaza /ABD