Las pequeñas fábricas de alimentos

En la foto se muestra a alguien haciendo mojo de ají dulce y mermelada de ají dulce, para luego envasar al vacío y vender, es en Sanare, estado Lara, es una pequeña fábrica, donde hacen algunos productos como, mermelada de ají dulce, dulce de leche, dulce de higos, salsas variadas, entre otros, todo a pequeña escala, con el producto de lo que siembran a los alrededores, todo viene de allí mismo, lo que les facilita el trabajo, les abarata los costos y les ayuda a dar un valor agregado al producto de su zona.

En este momento en Venezuela se están viviendo estados de escasez en algunos rubros, de los anaqueles han desaparecido algunos productos a los que ya la gente estaba acostumbrada, pero esta situación en vez de verse como un problema, se le podría dar otro enfoque, pudiéramos sacarle el lado positivo y es que este es el momento justo para que el pequeño productor de alimentos posicione en el mercado lo que ofrece, lo que produce, este es el momento justo en el que se puede florecer y cubrir esas necesidades del mercado de alimentos, es el momento en el que se pueden cambiar patrones de consumo, ofreciendo algo diferente, algo más propio de nosotros, o algo creativo, pero con lo de aquí.

Es hora de organizarse entre vecinos y empezar a producir a sembrar en casa, en los balcones, en potes de reciclaje, en cualquier parte donde haya o se pueda poner un poquito de tierra, es la hora de hacernos dueños de lo que comemos, de lo que producimos y de lo que procesamos.

Insisto en proponerle a los cocineros desempleados, a las amas de casa, y cualquier persona que no tenga una actividad definida, que busquen la manera de convertirse en los productores de alimentos de sus comunidades, que desarrollen sus capacidades de cocineros procesando y envasando productos de manera natural, creativa, deliciosa y económica para que puedan generar un mercado local que sustente su pequeña empresa, lo puede hacer desde su casa, en conjunto con otro vecino que esté en la misma situación y que esté dispuesto a trabajar, el cocinero puede entrenar gente de su comunidad y generar una pequeña empresa que cubra algunas de las necesidades de su propio entorno.

En estos momentos es que se pueden cambiar los patrones de consumo, ya que debido a la escasez, se le dará cabida a nuevas propuestas, no debemos esperar a que las grandes trans-nacionales de alimentos se apoderen nuevamente de nuestras alacenas, de espacios que debieron ser siempre nuestros,  generemos un mercado nacional de alimentos más sanos y producidos más cerca de su consumidor.

Muchos pequeños productores de alimentos son más garantía de soberanía alimentaria que unos cuantos gigantes que lo controlan todo.

Y por cierto, todos esos frascos de vidrio que terminan en la basura después de haber consumido su contenido, podrías guardarlos o recolectarlos, hacer una nueva cultura de producción y consumo de alimentos, empieza por aprender a reciclar.

Únete a producir alimentos por tu país, contribuye con tu comunidad y con el desarrollo de Venezuela.

DesdeLaPlaza.com/Rómulo Hidalgo