Por qué todavía causan daño los desodorantes que usamos en 1970

El flúor es un gas nocivo. Y además se usa para fabricar varios gases artificiales, algunos de los cuales dejaron a la humanidad prácticamente expuesta a los rayos ultravioletas y aún hoy en día siguen calentando el planeta.

«El flúor es el Tyrannosaurus rex de la tabla periódica«, dice contundente el profesor de química Andrea Sella. «Reacciona expontáneamente con cualquier elemento a excepción del helio, el neón y el argón».

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Si alguna vez tienes la oportunidad de ver flúor en estado puro, te parecerá inocuo: un gas de un amarillo pálido que en realidad es tan peligroso que el departamento en el que trabaja Sella en el University College de Londres no lo tiene en su inventario.

Tiene un olor similar al del cloro, explica, pero «generalmente, si hueles el flúor, lo que vas a hacer es correr tan rápido como puedas».
Sella tiene una jarra de otro material que da miedo: ácido fluorhídrico o HF, por sus siglas en inglés.

Su acidez, es decir la capacidad de reacción de los iones de hidrógeno que contiene, no es realmente tan fuerte como la de elementos más conocidos como el ácido clorhídrico o el ácido sulfúrico.

Sin embargo, es un químico muy fuerte, ya que los feroces iones de flúor pueden penetrar intensamente en tu cuerpo. «Produce una quemadura increíblemente dolorosa y que realmente no puedes tratar, porque se produce en el interior», explica Sella.

DesdeLaPlaza.com/BBC/AMH