Típico: Subirse al transporte público y conseguirte con uno de estos

Sales de tu casa, quizás camines un poco antes de llegar a la parada del transporte público y vas pensando “que sueño, como quisiera estar en mi cama” o “quiero vacaciones, estoy cansada de la rutina” o  “Aff voy tarde, para variar”…  en fin…

Después, de mil voces en tu mente entre lo que dejaste de hacer y de lo que tienes qué hacer, te das cuenta que ya están en la parada. Ahí es donde comienza el verdadero desafío de traslado hasta llegar a tu destino.

Logras entre una y otras maniobras subir al carrito o al tren, empujando, agarrando la cartera o el bolso fuertemente y con las piernas duras… ¿Te suena? Apuesto que sí.

Es por eso que, para reír un rato, te dejamos los 5 típicos pasajeros que puedes conseguirte en tu traslado de la oficina a casa o viceversa: 

1.- El cara dura: Es típico montarte en el autobús o en el vagón del tren y encontrarte con el señor que no da permiso, que va más agarrado que “vieja en moto” del tubo de la unidad y con quien todo el mundo ha discutido.

2.- El colegial: De repente, en tu trayecto, el olor de una arepita te envuelve, se trata del niño que va a la escuela con su mamá y que seguramente va dormido pegando el cachete de la ventana. Más atrás escuchas a la mamá peleando porque ya es tarde.

3.- La malabarista: Rápidamente volteas… Ahí te topas con la mujer con una pañalera ¡ups! quise decir con una cartera y miras como de ella sale otra cartera, pero está solamente con maquillaje, que comienza a utilizar parada y aguantada del tubo de la unidad. Su habilidad y destreza para maquillarse tan rápido como el tiempo se lo permita no deja de sorprenderte. Ojo, el delineado del labio y ojos le queda perfecto. ¿Cómo lo hace?

4.- La de la mirada que mata: En tu trayecto no hay nada que perturbe más que la mirada de la señora mayor (probablemente de unos 70 años de edad) que va de pie y no sentada como corresponde. Luego de unos segundo la cosa es más intensas pasa de ser una “mirada matadora” a sarcasmo como “y ahora nosotros los viejos tenemos que estar de pie”, “Jumm hasta los valores se han perdido, “será que no llegará a vieja”, “ya no hay caballeros”…

5.- El vendedor: Claro, ningún viaje está completo si no aparece el famoso vendedor ambulante gritando “aprovecha tu oferta, compras dos y paga uno”. Tropieza con el chico que estaba parado en la puerta algo distraído, como si viviera en un mundo paralelo…Un “disculpa” con un “no te preocupes” se escucha. Y no ha pasado nada, el vendedor siguió su camino el chico volvió al mundo de sus audífonos.

Frente a todos estos personajes, en este episodio que llamamos diarismo, decides voltear y no saber nada del asunto. “Los toros se ven mejor desde la barrera” piensas.

Después de todo esto, ¡Uff! has llegado a tu destino final. Algo fuerte ¿verdad?

¿Y tú, que tipo de pasajero eres?   

Desde La Plaza / SE