¡Atención! Tener sexo como venganza no sirve

Popularmente se cree que un clavo saca otro clavo, pero ese último más que un enamoramiento, representa al despecho que sólo sirve para tener sexo sin ataduras, y pareciera que se hace más efectivo cuando tenemos el corazón roto. Tener sexo como venganza lo más seguro es que se termina por estar peor de lo que ya estábamos. ¿Con qué fin se tiene sexo por despecho?

El psicólogo René Moya, sub director del Centro Psiquis de Santiago, explica que cuando una persona es abandonada queda confundida e insegura. “En esos momentos en que está sobrepasada por su emocionar y con una autoestima deteriorada, pudiese necesitar apoyo justamente en esa área y mostrarse vulnerable, necesitando cuidado, protección, cariño y seguridad, quedando expuesta a involucrarse en una nueva relación”.

Leer también: ¡Atención mujeres! No pierdas tu dignidad durante el sexo

Ahora la ciencia ha confirmado que tener relaciones sexuales para vengarse de una ex pareja o para superar una pena, no ayuda a superarlo, sino que por el contrario, podría ser un proceso más lento.

La investigación acuñó la definición de “sexo rebote” demostrando que cuando una relación seria se termina y se ha tenido relaciones sexuales con otra persona, en su mayoría con un desconocido, para tratar de calmar el dolor emocional y “sexo por venganza” funciona  sólo para mantener al ex celoso.

En un estudio recientemente publicado en la revista Archives of Sexual Behavior, investigadores de la Universidad de Missouri analizaron la trayectoria de recuperación psicológica y experiencia sexual de 170 estudiantes heterosexuales luego de una ruptura amorosa.

“Aunque tradicionalmente pudiese pensarse que el amor es una de las principales razones para tener sexo, tanto los hombres como las mujeres argumentan diferentes razones para tenerlo y entre una de ellas pudiese estar el despecho”, dice el psicólogo.

Estos jóvenes se sometieron semanalmente a informes online sobre “angustia; sexo y amor propio” y como era de esperarse, el quiebre de una relación tuvo un efecto en el comportamiento de cada estudiante. A los que dejaron estaban mucho más angustiados y propensos a caer en el “rebote” o en la venganza.

Los reportes arrojaron que las relaciones sexuales que tenían los jóvenes para superar la ruptura aumentaban inmediatamente después del quiebre, pero que con el tiempo disminuían. Además, se concluyó que las nuevas relaciones que tenía el ex no siempre eran exitosas.

La investigación concluyó también que la angustia y la práctica de relaciones sexuales de los participantes disminuyeron luego de las 25 a 28 semanas de la ruptura y que no se da casualmente, sino que las personas se lo proponen como objetivo.

¿Qué pasa cuando el otro se entera?

El psicólogo explica que “generalmente, cuando la persona se enfrenta directamente a la evidencia, cuando puede observar a su pareja con otra persona en actitud amorosa, se cerraría el círculo, aparecería la convicción de que ya la relación está definitivamente quebrada y aparece la aceptación, que podría ser el término o el inicio del duelo”.

El experto además define dos niveles diferentes en una relación: Uno es el acto sexual, que se refiere a “tener sexo como venganza” para olvidar o por despecho. Sería como hacer deporte, juntarse con amigos, etc. No va solucionar el problema base. El otro es una relación amorosa, la que está definida como un fluido emocional. Una relación amorosa no es un pacto ni una negociación, son emociones fluyendo.

Curiosamente, la autoestima es el atributo que menos cambió. “Sugerir que la autoestima es una propiedad relativamente estable en la persona y, como tal, puede ser poco afectada al término de una relación. Eso es algo para celebrar en la noche”, dice uno de los investigadores del estudio.

“Al centro llegan a menudo personas solicitando ayuda en este sentido. No sabiendo cómo reaccionar frente al abandono de la pareja o a la infidelidad, cuestionándose pensamientos orientados al castigo”, explica Moya.

 

DesdeLaPlaza.com/eme/MB