Cómo dormir sólo cuatro horas al día y estar fresco como una rosa

Durante los últimos años se ha popularizado la figura del emprendedor enérgico y carismático, una fuerza de la naturaleza capaz de hacer frente a todos los retos sin despeinarse ni pestañear. Entre las cualidades que lo definen, se encuentra una muy peculiar que, con toda seguridad, habrá llamado la atención de la mayoría de los mortales: apenas duermen, se acuestan tarde y se levantan pronto, y afirman no tener ningún problema en concentrarse en complejos documentos a las cuatro de la mañana o en estar listos para acudir a una reunión a las ocho de la mañana.

Es el caso de Donald Trump, que afirmó a The Daily News que sólo dormía entre tres o cuatro horas al día; del presentador de The Tonight Show Jay Leno, que por sus peculiares horarios tan sólo dedica cinco horas al sueño; o de Marissa Mayer, CEO de Yahoo.

No obstante alguien que ha trabajado como CEO alertaba sobre los peligros de relacionar la privación de sueño con el éxito profesional o las capacidades superhumanas, y esto a su vez, generó unas cuantas respuestas interesantes, que se convirtieron en recomendaciones:

Reduce tu consumo de televisión

Si apagas la televisión pronto, descansarás mejor cuando estés en la cama, y además, tu ánimo mejorará.

Come menos carbohidratos

Al igual que ocurre con el azúcar, los hidratos de carbono que podemos encontrar en productos como el pan o las patatas fritas liberan mucha insulina y provocan que un aminoácido conocido como triptófano, un inductor de somnolencia, sea absorbido por el cerebro.

Menos reuniones

Nada de “bla bla bla” y de ser arrastrado a encuentros improductivos.

Aunque no duermas la misma cantidad de horas, duerme siempre en el mismo horario

La clave para su descanso se ha encontrado no en la cantidad de tiempo que pasaba entre las sábanas, sino en mantener sin apenas variación un mismo horario.

Cuando te quedes sin energía, reorganízate

Durmiendo cuatro horas al día, es normal que haya momentos en los que no estemos al máximo. Es aconsejable  centrarnos en cosas que nos gustan más, y por lo tanto, nos resultan más fáciles de hacer, salir a pasear, dedicarnos a una actividad más automática como contestar a los correos electrónicos pendientes, echar un vistazo a las revistas de entretenimiento, o echar una partida al solitario. Y, si nada de eso funciona, quizá sea la hora de rendirse y echar una cabeceadita o un sueño rápido.

Ama lo que haces

Si lo que hacemos no reclama nuestra atención ni nuestro entusiasmo, es más fácil que terminemos cayendo en los brazos de Morfeo.

DesdeLaPlaza.com/El Confidencial/AMH