La caspa es un problema que afecta a hombres y mujeres por igual, que en muchos de los casos puede afectar la imagen de una persona, haciéndola parecer poco higiénica. Por esta razón, es muy importante tener trucos bajo la manga, con el fin de aplacar este padecimiento que puede llevar a situaciones y vivencias incómodas.
Todas las personas somos vulnerables ante la aparición de la caspa y estamos constantemente expuestos a múltiples factores que pueden causarla, como el sol, una inadecuada alimentación y la falta de hidratación; estas son causas naturales, sin embargo, existen productos como el champú, algunos geles para el cabello, lacas y tintes, que contienen elementos químicos que maltratan y dañan el cuero cabelludo propiciando la aparición de la caspa.
Muchas veces ignoramos los correctos cuidados que debemos tener con la salud de nuestro cuero cabelludo. No solemos prestar mucha atención a una parte del cuerpo que requiere cuidados como cualquier otra zona e incluso más, pues el paso del tiempo y la aplicación de productos químicos deterioran la buena salud de la piel.
Recomendaciones para evitar que aparezca la caspa
- Evitar productos con altos contenidos de azúcar. Estos benefician su aparición y es recomendable regular el consumo de productos, como el azúcar refinado pues es poco saludable.
- El café, el alcohol y el té deben consumirse con moderación, pues el ingerirlos en exceso contribuye a la aparición de la caspa.
- Los alimentos con elevados porcentajes en grasas deben ser consumidos con moderación, pues hacen que la caspa aparezca en el cuero cabelludo.
Tips para tratarla
- Uno de los remedios naturales más eficientes para eliminar la caspa es un enjuague a base de lavanda, vinagre de manzana y cebolla, pues estos previenen la aparición de las molestas costras blancas.
- El aceite de almendras no se debe pasar por alto, la aplicación de una cantidad moderada beneficia la reparación capilar. Este aceite es una forma natural de tratar la caspa.
- Es recomendable ingerir alimentos ricos en ácidos grasos como el omega 3, además de zinc, vitaminas B y E, pues previenen su aparición.
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