“En tres años podría nacer el primer bebé de un útero de donante fallecida”

La sociedad española demanda cada vez más tratamientos de fertilidad. De ahí que la celebración estos días en Alicante del VI Congreso del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) sobre medicina reproductiva haya conseguido reunir a más de 1.000 expertos de todo el mundo.

Desde que esta especialidad diera sus primeros pasos, el objetivo de lograr el embarazo se ha completado con otro más amplio: tratrar de erradicar enfermedades genéticas y otros transtornos que impiden el nacimiento de un niño sano o que supongan el riesgo de desarrollar una enfermedad en el futuro.

De hecho, la genética de la reproducción y la medicina regenerativa, como soluciones a la transmisión de patologías y a la infertilidad, son dos de los temas centrales del evento. Otras de las cuestiones tratadas son los avances en el tratamiento de la endometriosis y el trasplante de útero.

«Hoy ya son tres las gestaciones a término y una en curso gracias al trasplante de útero», según Brännström
De hecho, Mats Brännström, investigador del departamento de obstetricia y ginecología de la Universidad de Goteburgo (Suecia), es una de las estrellas de la conferencia tras lograr, el pasado mes de septiembre, el primer nacimiento tras un trasplante de útero: un bebé varón nacido en la semana 31 por un problema de preeclampsia materna.

Según ha señalado a Sinc este experto, «hoy ya son tres las gestaciones a término y una en curso –ahora mismo se encuentra en la semana 26– con esta técnica». Brännström ha mostrado su satisfacción por los resultados obtenidos hasta el momento «ya que se trata de un procedimiento muy complicado”.

DesdeLaPlaza.com/SINC/AMH

En 2013 él y su equipo extrajeron nueve úteros de donantes vivas para trasplantar a ocho mujeres que habían nacido sin útero y a una mujer a la que se le había extirpado tras un cáncer de cérvix. Dos de las pacientes tuvieron problemas durante los primeros meses y fueron histerectomizadas, las otras siete recibieron la transferencia embrionaria tras mostrar menstruaciones regulares dos meses después del trasplante.

Tras este nacimiento, hubo otros dos más, también dos abortos, otro embarazo en curso y solo una paciente sufrió un fallo de implantación tras cuatro transferencias embrionarias. En el caso de la primera mujer que consiguió dar a luz, el equipo sueco decidió extirparle el útero, debido a que al tener solo un riñón, consideraron que la medicación inmunosupresora necesaria para mantener el trasplante podría suponer un riesgo.