Las creencias pseudocientíficas perjudican la salud

Investigadores de la universidades de Deusto y la australiana Nueva Gales del Sur han llevado a cabo un estudio que demuestra que las personas que desarrollan la falsa creencia de que un tratamiento ineficaz está funcionando pueden tener dificultades para reconocer que otro sí es beneficioso.

La investigación, publicada este año en la revista British Journal of Psychology, puede ayudar a comprender porqué las personas toman decisiones de salud en su vida diaria, como, por ejemplo, a la hora de decidir seguir o no el tratamiento prescrito por el médico, según los autores.

La cuestión que se propusieron abordar los investigadores fue la siguiente: ¿Puede el hecho de creer en una terapia pseudocientífica (es decir, ineficaz) hacer que una persona sea menos propensa a percibir la eficacia de un tratamiento probado científicamente? Esta investigación podría explicar por qué hay personas que, en favor de terapias pseudocientíficas, rechazan la medicina convencional, lo que puede llevar a nefastas consecuencias.

Según señala Ion Yarritu, investigador de la Universidad de Deusto y uno de los autores del estudio «a menudo las personas desarrollamos falsas creencias acerca de cómo los sucesos que ocurren a nuestro alrededor se relacionan causalmente. Llamamos a esto ilusión causal. Un ejemplo de este tipo de ilusiones es la llamada Ilusión de control, fenómeno que describe la tendencia generalizada a atribuir a nuestras propias habilidades la ocurrencia de eventos favorables, que en realidad son del todo incontrolables».

Pese a que estas falsas creencias «pueden en ocasiones tener efectos psicológicos beneficiosos, como la tranquilizadora sensación que produce el sentir el control sobre nuestras vidas, no están exentas de riesgos», agrega.

Desde la Plaza/SINC/AMH