Al parecer no sólo las personas “desaseadas” son las que huelen mal. El síndrome de “olor a pescado” es una rara enfermedad que afecta a una persona de cada 200.000, cuya principal manifestación clínica es que los enfermos que la padecen desprenden un fuerte olor a pescado podrido.
Este padecimiento se produce debido a un error congénito del metabolismo, que permite que una enzima volátil con un desagradable olor pase a la sangre, las secreciones, el aliento y la orina. El fenómeno también se conoce como enzimopatía trimetitaminemia o trimetitaminuria.
El único tratamiento de este raro síndrome, de momento, es un control en la dieta evitando todos los alimentos que contengan trimetilamina. Los yogures y zumos minimizan el mal olor.
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