Vacuna contra VPH: El dilema de una protección (+Infografía)

En Venezuela para el mes de marzo de 2016 se iniciará la vacunación contra la cepa tipo 16 y 18 del Virus del Papiloma Humano, conocido como VPH responsable del más del 70% de los casos de verrugas y de cáncer anal o de cuello uterino asociados a este virus.

Para esto el Gobierno Nacional aprobó 281 millones 971 mil bolívares, equivalente a 44 millones 757 mil 346 dólares.

La información ha alegrado a la comunidad nacional que por casi 10 años ha esperado la aprobación e incorporación de la vacuna a los planes de inmunización existente en el país. Pero a la vez ha generado un debate entre otro grupo de la población que ve con recelo la aplicación de la vacuna que será aplicada a niñas a partir de los 9 años de edad y que podrían tener algunas consecuencia negativas como fue reportado en Colombia, pero las mismas no han sido confirmadas (según lo difundido en medios de comunicación de Colombia).

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El anuncio llevado a que algunos padres se cuestionen si la solución real ante la enfermedad es la aplicación de una vacuna, ha planteado retos sobre cómo abordar informativamente al menor sobre la enfermedad y el acto sexual y ha generado angustia en algunos representantes quienes opinan que apoyar la vacunación sería aprobar el acto sexual temprano así como la promiscuidad.

Lo primero a considerar

¿De qué se trata la enfermedad y cómo se transmite? Aunque suene increíble para algunos, parte de la población que desconoce que esta  enfermedad existe.

Lo esencial que se debe saber al respecto es que es un virus que se transmite principalmente por vía sexual y que tiene consecuencias físicas, como: la aparición de verrugas que pueden transformarse en el tiempo en cáncer de cuello uterino, anal, de pene y en algunos casos bucal y de garganta, pudiendo afectar a hombre y mujeres por igual indistintamente de su preferencia sexual, es decir a heterosexuales, bisexuales y homosexuales.

Debe tener claro el concepto, la función de la vacuna es definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como “cualquier preparación destinada a generar inmunidad contra una enfermedad estimulando la producción de anticuerpos”.

Otro punto, muy importante a tener en cuenta es que la vacuna no es de carácter obligatorio y que queda a consideración de los representantes la inmunización o no del menor. Así mismo se recomienda en primer lugar indagar no sólo en sitios web, sino acudir al médico pediatra y/o ginecólogo de cabecera a fin de buscar información fidedigna, una opinión de un profesional médico de su confianza que le de la tranquilidad independientemente de la decisión que se tome.

Para ampliar la información relacionada a la enfermedad existe un documento elaborado por la OMS, de fecha 2006, denominado «Preparación de la introducción de las vacunas contra el virus del papiloma humano. Orientaciones normativas y programáticas para los países». 

Su objetivo, según explica de manera introductoria es informar «a los interesados directos de los numerosos programas de salud sexual y reproductiva, inmunización, salud de niños y adolescentes, y control oncológico, sobre algunos asuntos clave que plantea la próxima introducción de vacunas contra el cáncer cervicouterino provocado por el virus del papiloma humano (VPH)».

Vacunas

Dos son las vacunas aprobadas por la Organización Mundial de la Salud, se denominan VPH4 (Gardasil) y VPH2 (Cervarix).

Una vez contraído el VPH no se cura, ya que es una infección viral incurable, no obstante, se pueden mitigar o atenuar con tratamiento.

La OMS recomienda la aplicación de la vacuna en niñas a partir de los 9 años (aún no se han hecho pruebas en niñas menores de esta edad), ya que los estudios han demostrado que la reacción es mejor en mujeres de menos de 15 años, en relación a la población masculina, aún cuando la vacuna previene el cáncer asociado al ano, los resultados sobre esta población no han sido concluyentes aún.

Principales lineas informativas de la OMS en relación a la vacuna del VPH

Uno de los aspectos que considera el documento “Preparación de la introducción de las vacunas contra el virus del papiloma humano. Orientaciones normativas y programáticas para los países» es el comunicacional, en este, se definen 8 líneas o estrategias a tener en cuenta en el proceso de introducción de la vacuna para lograr una colaboración de las partes interesada y de organizaciones si fines de lucro vinculadas a la familia y a la salud y protección de las mujeres. Entre ellas se destacan que resaltan el hecho de que:

* Las vacunas contra el VPH, son sumamente eficaces en las mujeres de 16 a 26 años que nunca han estado expuestas a ese virus, lo cual puede desencadenar en hasta un 70% menos de cánceres cervicouterinos en las mujeres vacunadas, sin embargo,  se promueve la vacunación en grupos de jóvenes de 9 a 13 años, ya que son edades que se consideran más probables en las que las niñas no han tenido experiencia sexual alguna.

* Probablemente, el efecto sea mayor si la vacuna se administra antes de la primera relación sexual.

* Es preciso asegurarse de no suscitar una reacción negativa contra la vacunación, o contra los servicios de salud sexual y reproductiva, en particular si se han de vacunar jóvenes adolescentes.

* Explicar con claridad cuáles son las infecciones contra las que protege la vacunación, así como las que no protege

Vacunación, valores y retos socioculturales

La OMS advierte en su portal web que «En algunos países y contextos culturales, la vacunación de niñas pequeñas contra el cáncer y otras enfermedades genitales provocadas por una infección de transmisión sexual, puede constituir un asunto delicado».

Asimismo recomienda que habrá que «asegurarse de que los mensajes complementarios sobre el retraso de la primera relación sexual, la utilización de preservativos, la reducción el riesgo de infección por el VIH y la detección del cáncer cervicouterino, se formulen con claridad y se evalúen durante la etapa de la introducción de la vacuna».

La OMS también es enfática al señalar que los organismos de sanidad de cada país también tiene responsabilidad en la sensibilización en la población, para así alentar a lo que definen como un “comportamiento responsable de los adolescentes”.

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En relación a lo anterior, Evalú Romero, educadora, oriunda del estado Zulia quien se encuentra a cargo actualmente del Instituto Los Samanes,  el cual brinda educación  de 1ro a  5to año a muchachas de escasos recursos de la ciudad capitalina, afirma que cada contexto social debe evaluarse con atención y de manera independiente ya que existen realidades sociales distintas.

Por ejemplo, casos de consumo de drogas, entorno de alcoholismo, fuerte influencia externa para iniciar cuanto antes la relación sexual, niñas que duermen con otras personas en sus habitaciones o son testigos de relaciones sexuales, niñas que han sido víctimas de abuso sexual, son algunas de las situaciones que deben – según explica Romero- atenderse y contemplarse y que no se resuelven con una vacunación.

La educadora aclara que en la actualidad es mayor el número de niñas que inician una sexualidad temprana, incluso antes de los 12 años de edad, lo que califica de una situación preocupante ante lo cual considera que «sería una falacia tratar un problema de fondo con soluciones superficiales que resuelven las consecuencias pero no las causas».

Romero hace un llamado a considerar las razones por las cuales la juventud decide iniciarse tempranamente en el sexo, así mismo explica debe estudiarse las consecuencias asociadas a ello, las cuales no son sólo físicas como las enfermedades de transmisión sexual o un posible embarazo precoz,  sino también de índole psicológico afectando el autoestima de los adolescentes y su estabilidad emocional.

Una vacuna más

Por su parte, el médico Jairo Figueroa especialista en ginecología y obstetricia quien ejerce funciones en la Maternidad Concepción Palacios de Caracas, opina que sería mucho más sencillo si la vacuna contra el VPH se asumiera como una vacuna más de protección así como la polio, varicela y otras, sin tanto debate y dudas al respecto.

«No se debe confundir el objeto, el fin de la vacunación, además se ha demostrado que la vacuna funciona y se recomienda ya que se protege a la niña de una probable futura infección al iniciar su vida sexual» a lo cual añade que la vacunación debe efectivamente estar acompañada de una orientación y educación sexual para hacer del acto mucho más seguro y de ser posible postergarlo a una edad donde la mujer tenga mucha más maduración psicológica y física.

En relación a las noticias sobre los efectos secundarios negativos reportados en Colombia, el especialista comenta que si bien en los medios de comunicación se han visto reflejadas las denuncias no ha sido confirmadas por organismos de salud internacionales, ni por el gobierno de Colombia por lo que lo considera, es un caso aislado.

Afirma que «Se ha demostrado la efectividad de la vacuna contra las dos cepas que tienen más probabilidades de convertirse en Cáncer, aunque existe cientos de cepas adicional a esas dos, la efectividad de la vacuna supera el 90% en las dos cepas«.

Preparación en el hogar y escuelas

Desde una perspectiva orientadora, la educadora plantea como una vía de solución un sistema educativo en casa y reforzado en la escuela, basado en valores “nuestros jóvenes deben estar preparados para creer y defender sus valores y para no ceder ante ciertas influencias exteriores por fuertes que éstas sean. Debemos ayudarles a crecer tan fuertes y con convicciones tan claras, que tomen sus propias decisiones responsablemente y sepan decir no cuando así lo consideran en lo profundo de su ser” comenta.

“Por ello debemos formar a nuestros hijos con mucha fortaleza interior y ayudarles a desarrollar su  voluntad, formarlos con ideas claras y conocimiento profundo de la verdad sin falsos engaños. Esa vacuna pudiera inmunizar contra un tipo de virus y enfermedad, pero ¿qué pasa con el resto de las enfermedades de transmisión sexual para las cuales no existen vacunas?.

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«Limitar el problema a esa vacuna, es según mi opinión dar soluciones a consecuencias que son producto de conductas y otros factores, que son los que deberían llamar nuestra atención, trabajo y propuestas positivas ”, reflexiona Romero.

Desde la perspectiva del ginecobstetra, la educación preventiva y una cultura de visitas anuales al ginecólogo una vez iniciada la vida sexual constituyen la estrategia fuerte para atacar el problema «anualmente se debe hacer una visita rutinaria al especialista quien es el que determina realizar una citología vaginal  y otros estudios para detectar malformaciones en el útero o cualquier otro virus o infección, asimismo de detectarse que una mujer tiene VPH debe someterse a tratamiento y acortar las citas a por lo menos cada 6 meses para evaluar permanentemente la reacción del cuerpo tanto al tratamiento como al virus» señala.

Figueroa aclara que sólo el virus se puede transmitir cuando el portador del mismo se encuentra en la fase activa pero una vez se trate se minimizan las posibilidades de contagio e infección «la persona una vez tratada hace su vida normal, lo mismo ocurre cuando el cáncer del cuello es detectado en su fase inicial existen altas posibilidades de curación y si se detectan las lesiones del VPH antes del cáncer el accionar y las consecuencias son altamente positivas».

La economía empresarial y la vacuna

Por su parte, Evalú Romero, profesional de la educación, también llama a reflexionar sobre la industria que está detrás de todo esto, “¿cuáles son los beneficios socio económico que perciben los fabricantes de anticonceptivos, las clínicas de aborto, los desarrolladores de fármacos?, ¿cuál es el interés vinculado al bombardeo sexual a través de los medios de comunicación hasta en canales y series infantiles? ¿por qué se incentiva a la promiscuidad y al sexo por placer y no por amor; a la infidelidad y no a la fidelidad de uno con una y para siempre?”, seguramente es tambien un problema económico y hasta polítio, comenta.

Romero agrega que no está en contra del sexo “mi posición no es en contra de las relaciones sexuales,  sino que mi visión es que  debe ser un acto de amor, de entrega mutua consiente, responsable.  Pero ahora se quiere separar el amor del sexo, el acto procreador y unitivo del sexo para sólo quedarse con el placer (…) La promiscuidad a mi modo de ver daña porque una separación de alguien es un duelo, ese duelo, esa separación emocional y física de alguien tiene consecuencias físicas y psicológicas que se pueden extender a diversas áreas de la vida de una persona”.

Finalmente Romero concluye que el acompañamiento de una educación integral por parte de los padres es esencial asimismo señala que de tomarse la decisión de vacunar a sus hijos es importante documentarse bien previamente “recordemos que no es algo obligatorio y que el derecho a estar informados es para todos”, mientras que el especialista en ginecología recomienda la aplicación de la vacuna » desde mi punto de vista, como médico apoyo la inmunización».

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DesdeLaPlaza.com / María Caldera.