Relato de locura y muerte

El caso Bermúdez

Señores, Señoras de este respetable auditorio, en mi alocución del día de la fecha sobre casos psiquiátricos, traeré para platicarles sobre el paciente llamado Bermúdez.

Al sujeto de referencia, lo conocí y traté una sola vez en su domicilio, acudiendo a una cita realizada telefónicamente. Al llegar a su casa la puerta estaba abierta, cuando toqué el timbre, una voz desde el interior me ordenó entrar, en la segunda habitación de mi recorrido estaba Bermúdez sentado en un silla apoyado en una mesa y con la luz apagada, solamente iluminado por la poca luz que entraba por la persiana baja. Me indicó que me sentara en una silla frente a él y me dijo con una voz gruesa:

– Dr. no lo voy a entretener mucho tiempo, mi problema está casi resuelto, pero necesitaba a alguien que me escuche. Pertenezco a una familia que siempre tuvo un gran poder de imaginación. Casi todos fueron precisamente inventores, escritores, pintores. Pero mi hermano y yo no. Nosotros usamos esa imaginación para inventarnos vida que no teníamos, viajes inexistentes, estudios no realizados, fortunas nunca tenidas, amistades irreales y así, fuimos construyendo un castillo de fantasías mientras nosotros, parafraseando a Kierkegaard, vivíamos en una choza. Mi hermano sigue en su mundo de fantasía, y creo que él ya no va a salir más, pero yo tengo periodos de lucidez donde veo toda la locura que he inventado, y me desespero.

Los locos no deberían tener momentos de lucidez, eso empeora su enfermedad, porque se saben enfermos y si no hay nadie para ayudarlos, caen de nuevo y de peor forma. Porque en los momentos de lucidez se dan cuenta que están enfermos y se desesperan porque no pueden salir, como es mi caso, se que en cualquier momento voy a volver a caer a ese mundo inexistente e irreal y quiero evitarlo.

Diciendo eso, apoyó la espalda en el respaldo y ahí pude ver la escopeta que sobresalía de la mesa y apuntaba a su pecho, me levanté para impedir que disparara y se escuchó la detonación…no solo me necesitaba para escucharme ¿soy? también me necesitaba para activar el mecanismo… ¿soy doctor? cuando me senté en la silla se activó el percutor de la escopeta… ¿soy doctor psiquiatra? y cuando me levanté se disparó… ¿soy doctor psiquiatra hablando a un auditorio? …Todo estaba planeado para que lo ayudara en su suicidio. Bermúdez, como leí en su historia clínica no tenía hermanos… ¿soy doctor psiquiatra hablando a un auditorio de muñecos? Todo era un invento y creo que en sus momentos de lucidez lo sabía, como sabía que ya no tenía vuelta atrás … ¿soy doctor psiquiatra hablando a un auditorio de muñecos en.. ? en esos momentos de lucidez planeo todo….¿soy doctor psiquiatra hablando a un auditorio de muñecos en un hospicio?….soy…  soy… bien señoras y señores…. o debo decir muñecos….soy…¿soy Bermúdez?…¿quién soy?…no sé … pero él tenía razón…los locos no deberían tener momentos de lucidez…se dan cuenta de su enfermedad y es peor…como yo…hablando a un auditorio de muñecos…no tengo una escopeta, en los hospitales no se pueden conseguir…pero sí una aguja, una jeringa y …una dosis letal de insulina…

Nito Biassi

Nací en Córdoba, Argentina, en el año 1962, cursé estudios de Filosofía, recibiéndome de Licenciado en 1985, me interesé luego por el área humana y de la medicina, estudié Técnico en Laboratorio Clínico e Histopatología. Posteriormente realicé la especialidad en Bioética y completé mis estudios en la rama de la medicina con la carrera de enfermería. Desde los catorce años escribo poesías con el pseudónimo de Nito Biassi, edité una revista entre los años 1978 a 1980 que tuvo que dejar de ser editada. Publique varios libros de poemas y de relatos por editorial propia. Recitaba poesías en los bares. En el año 2004 formé Luzbelito Ediciones Editorial Anarquista. Me defino ser humano en vías de desarrollo.