Cuentos para Pola (II): Flora

Había una vez una niña a la que llamaron Flora. Su apellido era Tristán.
Su papá era un peruano muy adinerado, su mamá una francesa.
A los doce años, cuando se murió su papá, Flora tuvo que trabajar mucho.
Al poco tiempo, su mamá la obligó a casarse con su jefe (dueño de la litografía en la que trabajó), un hombre mucho mayor que ella.

Este hombre le pegaba mucho a Flora y a sus hijos.
Hasta que un día, le pegó en la calle y lo hicieron preso. Entonces fue como Flora Tristán pudo ser libre. Le prometería a su hija que nunca sería una víctima como ella (en esta parte, Pola de 3 añitos confunde “actriz” con víctima).

Flora se murió a los 40 años, luchando por que no le quitaran su casa.
Su hija hubo de continuar su lucha.
Flora aprendió del feminismo de la raíz, de su maestra Mary Wollstonecraft, quien le enseñó a luchar por los derechos de la mujer. Tristán fue amiga de los alemanes (“animales”, trastabillea Pola) Marx y Engels, quienes la citaron en La sagrada familia (*).

El pintor Paul Guaguin fue nieto de Flora Tristán.

Escuche el cuento, en la propia voz de Pola cuando tenía tres años:

(*) Flora Tristán es la autora de la mayor consigna del socialismo internacional: «Proletarios del mundo, uníos». Para la autora francesa, amiga y supuesta hija de Simón Bolívar, la emancipación de los trabajadores debía ir de la mano con la liberación de la mujer.

Estas microhistorias son ficcionadas con fines pedagógicos, para la reconstrucción de nuestras historias, las historias de nuestros huesos.