Manual para entender a un venezolano (II)

En la entrega anterior decíamos que los venezolanos tenemos una manera muy peculiar de hablar, y que muchas de nuestras palabras vienen de vocablos en otros idiomas que fueron adoptados en nuestra jerga.

Palabras originadas a través de la historia y adoptadas de otros idiomas

Muchas de estas palabras fueron originadas a través de la historia y otras fueron adoptadas de otros idiomas como el francés, inglés, e incluso  fueron venezolanizadas, y dieron paso a las palabras que pronunciamos hoy en día.

Veamos algunos ejemplos:

Musiú:

Lo usamos para referirnos a un extranjero o alguien con apariencia de forastero. Viene del vocablo francés “Monsieur” que significa “Señor”.

Chamo:

Una palabra que nos distingue en muchos países de Latinoamérica. Viene de “Chum” que en inglés significa amigo o camarada.

Jalar Bola:

Se utiliza como expresión vulgar de adular, halagar exageradamente a alguien o intentar persuadirlo de forma zalamera o insistente. Contrario a lo que se cree no tiene nada que ver con halar testículos. Su origen data de las viejas cárceles venezolanas donde los presos usaban grilletes. Aquellos con mayor poder económico o influencia tenían a su “jalabolas” particular que los ayudaba a cargar o arrimar las pesadas bolas de hierro que tenían aferradas a sus tobillos con cadenas.

Corotos:

Sinónimo popular de cosas, objetos genéricos. El expresidente Antonio Guzman Blanco tenía una gran colección de cuadros del artista francés Jean Baptiste Corot.  Cada vez que tenía que cambiar de residencia le pedía a los empleados y personas de la servidumbre “¡Cuidado con los Corots! Para que tuvieran precaución al embalar y trasladar los cuadros. Luego estos empleados fueron generalizando la palabra a todos los objetos de la casa.

Dejar el pelero:

Significa huir rápidamente de un lugar. Se dice que los indígenas venezolanos al seguir el rastro de una presa decían que la misma había salido corriendo al dejar rastros de pelo en el suelo o en la pared de su refugio. “Dejó el pelero” al sentirse amenazada.

Guachiman:

Vigilante o sereno. Viene del inglés venezolanizado Watchman.

Bajarse de la Mula:

Pagar una deuda o pagar por participar en una fiesta o celebración.  Su origen viene de la época de la Colonia, cuando le cobraban una deuda a una persona, que iba montado en una mula, y ésta decía que no tenía dinero, le aceptaban la mula como pago, y tenía que “bajarse de la mula”  para poder entregarla.

Macundales:

Las compañías extranjeras que extraían el petróleo venezolano traían un conjunto de herramientas de la marca “Mack and Dale”. Cuando terminaba la faena, los obreros venezolanos acuñaron la expresión “recojan los macundales” para referirse a dichas herramientas de trabajo.

Güebón:

Los animales de granja con genitales muy grandes suelen tener un andar lento y torpe. De ahí que hoy en día se use este adjetivo para señalar personas torpes o con poca sagacidad.

Gozar un puyero:

Pasarla muy bien. Antiguamente (hasta hace 30 años) existían monedas de 5 céntimos llamadas “puyas” o “chivas”. Solía dárseles a los niños para que compraran golosinas o chucherías lo cual les causaba alegría.

Mamar gallo:

Se usa para denotar que a alguien se le está haciendo una jugarreta. En las peleas de gallos se acostumbra a succionar la cabeza del gallo para que este se vuelva desconcertado y a la hora de la lucha el mismo huya y no enfrente al otro gallo, logrando cansar a su oponente. Una vez recobrado el sentido de la orientación puede atacarlo con mayor oportunidad. Dicha práctica se considera ilegal y poco honorable y ante la sospecha de su uso se exclama:¡Me están mamando gallo!

Cotufa:

Es nuestro pop corn o palomitas de maíz. Viene de los sacos con los granos de maíz para tal fin que tenían la inscripción “Corn to fry” que al venezolanizarse dio origen a dicha palabra.

¿Vas a seguir Abigail?:

En los ‘años 80’ RCTV transmitió la telenovela “Abigail”, protagonizada por Catherine Fullop y Fernando Carrillo. Dicha telenovela duro mucho tiempo al aire por lo que se tornó aburrida y monótona. ¿Vas a seguir Abigail? Lo usamos para expresar fastidio por algo insistente o que dura más de lo necesario.

DesdeLaPlaza.com/Agencias/Rubén Scorche