¿Se han perdido las tradiciones religiosas en Venezuela?

El Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa, época caracterizada por una serie de tradiciones populares y religiosas donde hay quienes alegan que la participación ha mermado, y otros afirman que nuevos fieles se han incorporado, en especial los jóvenes.

Ésta última aseveración fue reiterativa por parte de un grupo de entrevistados, quienes alegan que gracias a la nueva política religiosa promovida por el el Papa Francisco, es mayor el número de jóvenes que participan de las actividades de la iglesia católica.

Tal es el caso de David Rafael Zabaleta, de 17 años, quien  llegó a la iglesia por sus compañeros de estudio y desde hace un año asiste fielmente todos los fines de semana, y esta en especial, por la importancia que tiene para su fe.

Zabaleta participa en diversas actividades como la entrega de las palmas a los fieles y la procesión. “La iglesia ya no es ese lugar lleno de viejos que se dan golpes de pecho, aquí sencillamente hay gente que quiere cambiar su vida, mejorar como persona, darle un sentido útil a su tiempo ya que aquí se nos da algo que hacer con él, lo que nos aleja del ocio y de hacer algo negativo”.

Por su parte, Angela Escobar, habitante de la parroquia de El Paraíso, considera que algunas tradiciones religiosas han ido en detrimento, explicando que se han popularizado más unas que otras, como el Domingo de Ramos y el Nazareno de San Pablo: “antes realizaba la visita de los siete templos, pero mi madre quien me acompañaba está enferma, así que ya hay muchas actividades en las que no participo (…) hay gente que es del interior del país y aprovecha de viajar en estas fechas dejando de lado lo religioso”.

Miguel Bolívar, quien se encuentra de paso por  Caracas considera que las tradiciones no se han perdido sino que han mermado por problemas como la inseguridad “existe el mismo entusiasmo y la misma creencia, si te fijas, hoy se han realizado ya dos misas y la afluencia ha sido masiva. No he podido entrar, estoy esperando la próxima misa a ver si corro con suerte, pero tradiciones como la misa de gallo se han perdido por la delincuencia”.

Carlos Marrero de 15 años de edad, hace muestra de su entusiasmo por las tradiciones y comenta que se prepara para su papel en una representación dramática que tiene como tema la última cena de Jesús y la crucifixión. “Hay un grupo juvenil en la iglesia y eso me entusiasma, tenemos actividades durante toda la Semana Santa, esto nos permite ayudarnos a nosotros mismos y a otras personas. Pienso que si uno quiere ayudar a su país y hacer que las cosas mejoren el cambio debe surgir de nuestro interior y la fe ayuda mucho en eso” .

La ausencia de clero como una posible causa de la pérdida de las tradiciones

Miguel Ángel Castro, sacerdote y misionero de 32 años de edad, quien ha viajado por el territorio nacional, comenta que la incorporación de la sociedad en las tradiciones religiosas es mayor donde hay comunidades grandes y donde la presencia de la iglesia es permanente, no siendo el caso de pueblos aislados, muy rurales, donde no hay existencia de clero o de una iglesia física, explicando que la mayor preocupación no es la construcción de un espacio para congregarse sino la baja vocación sacerdotal. “Hay pueblos que no han vívido nunca la Semana Santa por la falta de clero, la baja vocación hacía el sacerdocio, no existen suficientes sacerdotes para la demanda nacional y los laicos hacen lo que pueden pero es necesaria la presencia de nosotros ahí”.

Entre los aspectos positivos, el religioso destaca el redescubrimiento en la fe que han tenido en los últimos años los jóvenes: “La situación social del mundo conlleva a que el joven tenga una mayor sensibilidad y quiera buscar soluciones a los problemas de su comunidad, que quiera tener una vida en valores que son fundamentales para un crecimiento individual y para una construcción gran nacional”.

Dijo Castro  que la participación juvenil no es del 100% y que llega quizás a sólo la mitad, refiere satisfecho y considera que estrategias como la conformación de grupos juveniles ayudarán a sumar fieles, así como la incorporación de las mismos a actividades de alta sensibilidad social y ayuda al prójimo que califica como de alto impacto. Asimismo, resalta el rol que ha jugado el Papa Francisco en la iglesia, indicando que la misma se ha visto envuelta en un nuevo dinamismo. “ La iglesia no es vista como un templo, es una iglesia de salida, alegre, que asume los problemas sociales desde un punto de vista donde uno es partícipe y aporta a las soluciones”.

Tradiciones religiosas y la cultura popular

El joven sacerdote explica que existe una diferencia entre las tradiciones religiosas y la cultura popular, explicando que la primera son aquellas que se centran en el jueves, viernes y sábado santo, guardando estrecha relación con la liturgia y la vida de Jesús, mientras que aquellas que forman parte de una cultura popular son costumbres arraigadas en el pueblo con el pasar del tiempo.

La Quema de Judas y la visita de los siete templos son consideradas como algunas tradiciones culturales, mientras que el Domingo de Ramos, la celebración de la última ena, la pasión y muerte del Señor y la vigilia pascual constituyen las llamadas tradiciones religiosas, siendo ésta para el sacerdote una de las más relevantes: “Semana Santa sin vigilia pascual no es Semana Santa”.

Finalmente añade que » ¡Hay que comprometerse, no quedarnos en las paredes de nuestras casas, salgan a las calles a anunciar a Cristo vivo y resucitado!» .

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DesdeLaPlaza.com / Maria Caldera