Sequía y reverdecer

A primera vista sequía y reverdecer son dos conceptos disímiles y hasta contrapuestos, pero en el devenir de este año y pese a la situación climática pueden yuxtaponerse.

En mi artículo anterior describí a grandes rasgos las características del fenómeno El Niño, sus implicaciones y las proyecciones que han hecho los meteorólogos sobre la sequía que vivirá Venezuela en 2016. Ante ese escenario, es fundamental que cada uno de nosotros asuma una revisión y rectificación de los patrones de consumo de agua que tenemos actualmente.

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El Poder Popular debe asumir dentro de su agenda de lucha, la necesidad de proteger y preservar las cuencas hidrográficas y garantizar el acceso al agua de toda la población. En lo inmediato, hay que reforzar la labor que vienen desarrollando las Mesas Técnicas de Agua.

Asimismo, debemos incluir, en el marco del cambio de patrones de producción y consumo, el impulso a la agricultura urbana, lo que significaría el reverdecer de nuestras comunidades. En cada uno de nuestros hogares podemos cosechar las hortalizas que consumimos diariamente, y de esta manera contribuir al ahorro familiar y a fomentar una nueva cultura de la producción. También podemos establecer huertos comunales, para desde el trabajo mancomunado tributar a la seguridad y soberanía alimentaria.

Debemos superar el agotado modelo rentista, y para ello hay que movilizar a las mayorías nacionales entorno a un proyecto común y de futuro. La Revolución es movimiento permanente, porque como decía Simón Rodríguez «la fuerza material está en la masa, la fuerza moral está en el movimiento de la masa» y siguiendo las máximas robinsonianas es tiempo de aprender haciendo.

DesdeLaPlaza.com / Heryck Rangel