A mí no me hablen de juventud

Hace algunos meses decidí no dejarme absorber por la situación del país porque sabía que no me estaba dejando vivir con tranquilidad. Uno piensa que puede, en cierta parte, pero realmente llega un momento en el que la realidad te golpea de frente y te hace caer nuevamente en la misma situación que llevaste evitando durante un buen tiempo.

Nosotros somos una generación a la que nos ha tocado vivir momentos sumamente difíciles, ¿por qué? Porque somos jóvenes, pero no hemos tenido juventud, pese a que de vez en cuando podemos hacer unas que otras cosas. Vivimos en una rutina que nos desgasta y hasta a veces nos tumba las ganas de continuar, de luchar y de querer lograr.

He llegado ha pensar que seremos poco privilegiados en el futuro porque los esfuerzos que hacemos en el presente no tienen ningún valor. Los que pueden, tienen doble trabajo y los que no, trabajamos a tiempo completo. Todo esto para poder sustentarnos porque la visión progreso más amplia que tenemos en estos momentos, si acaso, puede ser hasta una semana.

Ya casi ni se piensa en los ahorros para comprarse una casa, un carro o como para emprender un pequeño negocio; esa clases de pensamientos que tiene uno. Y es normal porque se supone que es parte de la estabilidad social y económica por la que uno luchó tanto para poder graduarse y ser un profesional.

Pero ahora no es así. Ahora uno piensa, o al menos en mi caso, si la harina precocida o el cartón de huevos ya habrá subido de precio o cómo voy a hacer para comprarme un pantalón en 700 mil bolívares; es decir, más de cinco salarios mínimos. Entonces uno se frustra también y no porque queramos sino porque nos sentimos cercados. Nos hundimos en la preocupación, lloramos y nos sentimos hasta asfixiados – realmente me he llegado a sentir asfixiado-. Entonces cómo los políticos -sobre todo los que nos gobiernan- pueden hablar de juventud con aquella facilidad si nosotros estamos viviendo una realidad que parece imposible, porque todo esto no repercute en nosotros solo por este mes. Serán años.

Hace poco un constituyentista, que no mencionaré su nombre porque sencillamente no tiene sentido, dijo que los jóvenes se iban del país por una supuesta “guerra psicológica” a través de los medios de comunicación. ¿De verdad ellos saben cuál es la situación de los jóvenes en el país como para hacer ese tipo de comentarios?

Honestamente, nunca había pensado irme del país, pero si hubiese tenido las oportunidades lo hubiese hecho y no por lo que digan los medios, porque siempre han dicho lo que han querido decir, sino porque la misma experiencia me ha llevado a entender que mi título universitario y el tiempo dedicado a prepararme académicamente no han servido de nada en estos últimos años. ¿Con qué ganas nos tenemos que quedar en nuestra patria para llevarla hacia adelante?

Díganme cuándo podremos conseguir esa estabilidad tan necesaria y que cualquier persona busca. ¿Quién se engaña con nuestro salario? ¿Hasta qué punto utilizar el término de una «guerra económica» para justificar nuestra situación?

Yo no quiero vivir en un país en el que me vivan regalando nada, yo quiero vivir en un país en el que valgan mis esfuerzos por conseguir todo lo que quiero y por lo que he luchado tantos años. Un país de oportunidades. Entonces, a mí los políticos que no me vengan a hablar de juventud. Y si hay alguien, que me desmienta o que me diga si mi realidad es otra.

@Luisdejesus_