La luz entre los océanos: La felicidad era esto

Hace mucho tiempo no veía una película donde la forma de contar una historia coincide totalmente con el fondo, es decir, en La luz entre los océanos”lo que se narra, una historia de amor plácida aunque llena de situaciones dramáticas, está muy bien retratada haciendo uso de buena música incidental, una fotografía armoniosa y una atmosfera que refleja los sentimientos de los protagonistas.

Derek Cianfrance (The Place Beyond the Pines 2012, Blue valentine 2010) retrata una historia de amor desde el interior de los personajes, un relato que busca exponer los sentimientos y emociones de Tom (Michael Fassbender) e Isabel (Alicia Vikander) quienes se unen en matrimonio llevando consigo lo mejor y lo peor de sí mismos. Somos nuestro pasado, lo que hemos sido, pero también lo que seremos capaces de hacer aunque todavía no lo hayamos llevado a cabo, somos nuestros recuerdos porque ellos traen consigo las emociones que nos conforman. En esta cinta el mundo emocional de los personajes refleja lo complejo que puede ser combinar las necesidades individuales con los deseos de una vida en común.

Con actuaciones naturales y muy bien logradas por parte de los protagonistas (hay que fijarse muy bien en los detalles de sus interpretaciones, la risa, los gestos, aquí nadie desentona, nadie exagera, no parece que están representando en ningún momento) la película no decae desde que comienza e instala algunas reflexiones en el espectador.

Todos tenemos deseos insatisfechos, no todo lo que queremos llegará a materializarse y tal vez no esta mal que sea así, tal vez es mejor aceptar lo imposible y no forzar las circunstancias para que nos complazca. La verdad, por más inhóspita, cruel e incomoda quizás es lo mejor ¿o no? Estos personajes tendrán que decidirlo.

La fotografía de la cinta transita por la belleza de los paisajes, los cuales parecen representar a ratos el carácter de sus protagonistas: el mar, la brisa, las tempestades, la lluvia y la calma corresponden siempre a un momento preciso de sus  vidas.

La naturaleza parece influirlos, aunque más que con los elementos, deben luchar consigo mismos, para aprender a ver lo que les rodea y tomar las ¿mejores? decisiones.

A Derek Cianfrance le gusta contar historias de vidas desde el principio hasta el fin, lo hizo en “Blue valentine” (2010) donde narra la historia de un amor desde su comienzo hasta el paupérrimo fin y también lo hace en “The Place Beyond the Pines” (2012) con un relato que envuelve a varias generaciones. Aquí también lo hace mostrando la vida de los personajes en un amplio período que abarca muchos años.

La felicidad de lo simple, la armonía de una existencia en común y también los desencuentros, las insatisfacciones son los ingredientes con los que cobra vida esta película.

En este filme nos topamos con la contradictoria felicidad por la que siempre hay que pagar un precio y la esperanza del amor como único bastión para mantenerla. No dejen de verla, es música visual.

Actúa también (y muy bien) Rachel Weisz.

@luisauguetol

Luisa Ugueto

Lic. en Letras. Crítico de Cine.
"La curiosidad es insubordinación en su más pura forma" V. Nabokov