El reloj de cuerda

«Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire… No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.»

Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj

Julio Cortázar

El Internet expandió nuestro horizonte y contrajo el mundo a un tamaño que nos permite llevarlo en el bolsillo. La emoción de estar conectado, la certeza y la seguridad de estar siempre a un mensaje, una llamada de distancia, sin importar la geografía. Pero ¿cuál es el costo que pagamos por esto? Con la revolución del Internet y las redes sociales hemos ganado mucho, pero nos expusimos demasiado. Big Data, así se le llama a los pedazos que dejamos de nosotros en el camino. Las migajas de pan. Grandes volúmenes de datos que permiten a cualquiera con la capacidad de analizarlos conocernos mejor que nosotros mismos. Nuestra pasión, nuestra alegría, nuestra ambición, nuestros miedos… nuestros sueños.

El negocio de la comunicación y el entretenimiento

«…Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico…»

Idem

Te dan un servicio para mejorar tu calidad de vida, pero en realidad te están dando un grillete. Como el reloj de cuerda de Cortázar, eres tú quien les das algo a ellos. Empresas como Facebook, Google Microsoft te «regalan» servicios» a cambio de tu tiempo y tu información, por lo que se hacen inmensamente ricos. Cada like, cada comentario, cada búsqueda en sus motores deja una huella. Una que ellos saben utilizar para armar una imagen bastante precisa de ti. Sin saberlo, les das todo lo que necesitan para convencerte de lo que ellos quieran que tú creas. En nuestro desconocimiento, les suministramos todo el material con el que construyen sus imperios sin recibir nada a cambio.

«Cuando un servicio es gratuito, el producto eres tú»

Autor desconocido

La industria de la comunicación es, ahora, también la del entretenimiento y gana el que logra mantener por más tiempo nuestra atención. Se estima que, en promedio, pasamos 5 horas diarias en las redes sociales. Es decir, la quinta parte del día o 12 minutos por cada hora. Un adulto duerme, generalmente, 6 a 8 horas, lo que nos deja 11 a 13 horas para trabajar (contando el traslado), para comer, para compartir con otras personas.

Ante el dominio de los gigantes de la comunicación, surgen alternativas como blogs y portales de pequeños medios como una manera de recuperar algunos espacios, pero es imposible competir. El uso de la Big Data les permite anticiparse a nuestros deseos y hasta crear nuevas necesidades e inducir anhelos.

Big Data y la opinión pública

A finales del año 2016, Donald Trump se convirtió en Presidente de Los Estados Unidos (EEUU). ¿Por qué es esto relevante? Lo es, porque no fue una elección cualquiera. Para muchos, fue la primera vez que escuchamos hablar de psicometría: mediciones que los psicólogos hacen de distintos aspectos de nuestra personalidad usando test de aptitudes y otros test mentales. Estas empresas convierten sus portales en un test continuo para medir y caracterizar cada aspecto de nuestra personalidad. Las redes sociales son un sondeo psicométrico en permanente actualización. La información que recogen la usan para fomentar el consumo, para entretenernos. De igual manera, la Big Data puede usarse para abordar a distintos grupos con enfoques específicos. Esto se llama microtargeting.

Durante las presidenciales del 2016 en EEUU, un equipo de la empresa Cambridge Analytica usó la Big Data para definir los perfiles psicométricos de millones de electores y diseñar mensajes específicos para cada uno. Persuadir a los indecisos, incentivar a los simpatizantes, disuadir a los que no estuvieran a favor, eran los objetivos de los mensajes. La campaña fue tan exitosa que Hillary Clinton y su equipo no se percataron de que perderían hasta muy tarde. Este mismo grupo diseñó la campaña para el Brexit en Londres.

Big Data

El expresidente Barack Obama fue el primero en utilizar las redes sociales como una herramienta potente de campaña. Sin embargo, lo que hicieron Cambridge Analytica y Donald Trump no tenía precedentes. Se reveló luego que se filtraron datos de 120 millones de usuarios de Facebook, lo que permitió interferir en las elecciones de EEUU y en la campaña del Brexit. Además, las agencias de inteligencia determinaron que hubo, también, interferencia rusa, con una campaña de desinformación en redes sociales. Todo esto llevó a Mark Zuckerberg ante el congreso varias veces. Igualmente, los demócratas usan este argumento para pedir el impeachment del Presidente Trump.

Blockchain como escudo

Aunque solo sea por necedad, siento que debo mencionar algo acerca de cómo la Blockchain puede afectar este campo. Redes sociales basadas en Blockchain como Steemit descentralizan el control de la información, por lo que no es posible una filtración del calibre de la que ocurrió en Facebook. Asimismo, aunque no desaparecerán las Big Data cualquiera que desee usar nuestra información tendrá que pagarnos directamente por ella. En resumen, recibiremos remuneración por la información que producimos a diario y con la que hacen negocios los magnates tecnológicos.

El reloj de cuerda

Las redes sociales son nuestro reloj de cuerda, el «regalo» al cual nos regalaron. Tristeza, ansiedad, angustia… son algunos de los efectos del abuso de las redes sociales. Somos adictos, no podemos evitarlo. Deseamos el reconocimiento del «me gusta», la validación del «compartir», no podemos controlar la ansiedad por chequear nuestro perfil, la notificación de whatsapp. Hay numerosas patologías que se han identificado con relación al uso de las redes, sabemos que puede causar adicción. Aún así, no tomamos precauciones, las redes son nuestra droga de elección.  Nos dieron la necesidad y nosotros les damos cuerda.