El sabor venezolano del merengue

Dulce. El sabor es dulce. El merengue es una forma musical que no es exclusiva de Venezuela. También es una confección gastronómica, tampoco absolutamente original de nuestro país. El merengue, en cualquiera de nuestras propias y típicas formas culturales de expresarse, es siempre dulce.

Pero no es solamente para exaltar el valor edulcorado de nuestros productos culturales que escribo este Diálogo de hoy.

Lo hago porque la reflexión apura, pero la acción apura mucho más y si no se tiene claridad de cosmovisión en lo que hacemos o en las políticas que definen nuestro ser como Estado soberano, podemos seguir siendo víctimas del coloniaje, de la mercantilización y de la publicidad capitalistas, además de todas las formas de neocoloniaje con las que se ejerce mundialmente la hegemonía de quienes se han establecido como amos del mundo.

Hace muy pocas semanas, el Directorio de Responsabilidad Social en Radio y Televisión, adscrito a Conatel, aprobó una providencia legal de obligatorio cumplimiento por los medios radioeléctricos, consistente en dedicar una mayor cantidad porcentual de espacios de difusión para la música venezolana, en general, pero de manera particular de la música tradicional venezolana.

Lo que acabo de señalar, prácticamente aplica para cualquier manifestación cultural, sobre todo cuando los pueblos aprecian y defienden su identidad que asumen como soberanía. Por eso, regresamos al asunto del merengue venezolano.

Hay quienes explican el origen del vocablo merengue e indican que el mismo proviene del creole, la lengua de habla haitiana que es el resultado de la contaminación con el habla francesa de su invasor y colonizador. En este sentido de la explicación, el merengue viene de la palabra melindre, suspiro. Ese dulcito de cáscara firme y corazón suave, preparado con clara de huevo y azúcar es un merengue. También es un ritmo ejecutado en compás europeo de 5 x 8, muy propio de nuestros pueblos y que como forma musical venezolana, nada tiene que ver con el dominicano.

Su creación data de mediados del siglo XIX y también se le conoce como merengue rucaneao o «música cañonera», como se denominó en Caracas, a comienzos del XX. De hecho sus ritmos fueron acompañantes de las fiestas de carnaval, hacia las décadas del 20 y el 40.

Los instrumentos típicos en el merengue caraqueño son: trompeta, trombón, saxo y clarinete, cuatro, bajo, rallo, maracas, mandolina, guitarra, flauta y batería. La composición surge de una combinación de ritmos populares como la polka, la danza y el tango español.

Lo único verdadero es que si desde Venezuela queremos defender el sabor dulce de nuestro merengue, como parte de nuestra identidad, de nuestros valores musicales, de nuestras tradiciones, no podemos detenernos a «celebrar» un merengue foráneo, distinto al nuestro. Cada quien celebra lo suyo y no lo digo por egoísmo sino por identidad. Nuestro corazón debe latir siempre por Venezuela.

Ilustración: Adelys Freites