Emerger de Petro y saber defenderlo

Bajo el Imperio Romano «nace», más bien se impone, desde la monarquía dominante hace unos 2000 la denominada Iglesia católica que hoy se siguen designando bajo sus «apellidos» de «apostólica y romana». Nada que ver con la irreverente, antiimperialista y liberadora Iglesia que el líder palestino nacido en Nazareth y conocido como Jesús, fundó sobre la figura de Petro: «sobre la fortaleza de esta Piedra (Petro) edificaré mi iglesia».

La idea se le robaría de inmediato la misma monarquía cómplice en el asesinato del Nazhareno.

Bajo el peso de la ideología dominante apareció entonces una iglesia para el control hegemónico del mundo: la católica y sus derivados «cristianos» nacidos de la reforma y no sé cuántos protestantismos equivalentes a igual número de religiones destinadas a mantener sometidos y explotados a los trabajadores.

El período oscurantista medieval que sostenía la producción de bienes materiales bajo relaciones feudales ya se preparaba para el triunfo burgués basado en la explotación y caracterizado por un nuevo sistema que, hasta el presente, padecemos como capitalismo.

Lo cierto es que toda esa proliferación de religiones derivadas del uso y abuso del nombre de un revolucionario conocido como el Cristo, no han podido borrar el dato histórico y simbólico recogido en su libro sagrado (La Biblia), al anunciar el nacimiento de una una esperanza organizada bajo la denominación de iglesia y cuyo liderazgo fundaba («en caso de un acontecimiento sobrevenido») en Petro.

De este apretujado trozo de historia al que aludo, en este Diálogo de opinión, quiero rescatar el concepto Petro (Pedro, piedra), emblema de fortaleza sobre el cual se fundó una esperanza y se funda hoy,  en pleno siglo XXI, en tiempos de electrónica,  cibernética, informática y de criptomonedas, una esperanza de ganar la guerra económica que el Imperio actual, capitalista, yanqui-sionista, ha lanzado contra Venezuela, contra nuestra Revolución Bolivariana y nuestro proyecto de Patria socialista.

Al igual que en los comienzos de la era denominada «cristiana», la que hoy se inicia como esperanza venezolana, nuestroamericana y mundial, tiene como columna central para su edificación, asociada al nombre de Petro.

Nuestra recomendación es que, quienes queremos un mundo mejor, somos antiimperialista y anticapitalistas, fijemos nuestra atención en el fenómeno Petro, en la criptomoneda Petro (única en el mundo con anclaje a riquezas cuantificables como el petróleo, el oro y otros minerales propiedad de Venezuela) que más que a una nueva Iglesia, se ha propuesto contribuir a construir una nueva sociedad, postcapitalista, multipolar, libre y socialista.

Ilustración: encriptada