En Netflix: Call me by your name

Call me by your name manifiesta una idea de forma tácita: solamente es capaz de amar aquel que es libre para amarse a sí mismo

En Call me by your name (Llámame por tu nombre) del director italiano Luca Guadagnino las emociones de los personajes se expresan sin necesidad de grandes diálogos o frases grandilocuentes. En el filme es mucho lo que se revela a partir de una mirada o un gesto, por ello  los bailes de la cámara entorno a los personajes nos permiten disfrutar de la historia como si fuésemos un huésped invisible de la  villa al norte de Italia donde se desarrolla la película.

La historia de amor entre Elio (Timothée Chalamet) y Oliver (Armie Hammer) se cuenta a través de los pequeños detalles y en el silencio, después de todo, los secretos son siempre más fácilmente revelados debido a los gestos más que a las palabras. Y esta historia es, en parte, el relato sobre un secreto.

Las historias de amor cinematográficas suelen ser tristes y quizás por eso se convierten en referentes ideales para el público. Sin embargo, cuando se trata de relatar el amor entre personas de un mismo sexo, más que tristes, es muy probable que sean además crueles, porque no hay nada peor que un amor frustrado por la intolerancia o alguna otra razón que nada tiene que ver con las dos personas que construyen un vínculo.

Pasa en Brokeback Mountain (2005) de Ang Lee donde el conflicto está estrechamente relacionado con la homosexualidad de los personajes, quienes no pueden estar juntos debido a situaciones externas, a la sociedad y los parámetros que ambos deciden aceptar.

En Call me by your name, Elio vive su primer amor como todos (tengas la orientación sexual que tengas) con muchas dudas, desaciertos y ansiedad. En este punto la película es muy sugerente, retrata a la perfección ese sentimiento de miedo y emoción que rodea los primeros acercamientos amorosos, esa etapa en que sentimos que ese, hasta ahora extraño que encarna el objeto de nuestro afecto, es todo lo que necesitamos para vivir.

Aunque esta cinta, que se sitúa en los años ochenta y está basada en la novela homónima de André Aciman, es mucho más que el relato sobre el primer amor. A diferencia de películas como Verano del 42 (1971) dirigida por  Robert Mulligan, donde un adolescente se enamora por primera vez de una mujer joven,  en  Call me by your name el descubrimiento de ese primer afecto viene cargado de la revelación de la propia naturaleza. 

En la película el tema de la homosexualidad es importante, pero lo es mucho más la historia de dos personas a las que se les dificulta vivir a plenitud su vínculo debido a los impedimentos sociales.

Call me by your name manifiesta una idea de forma tácita: solamente es capaz de amar aquel que es libre para amarse a sí mismo y apostar por ejercer su completa libertad.  Por conectar con esa emoción y quedarte con esa idea  vale la pena verla.

@luisauguetol