Historia de un matrimonio (2019): Infantiles y tóxicos

Noah Bauchman escribe y dirige esta cinta protagonizada por Scarlett Johansson, Adam Driver y Laura Dern.

 

Historia de un matrimonio (que más bien debería llamarse Historia de un divorcio) está conformada por un sinfín de lugares comunes sobre las separaciones. Lugares comunes verdaderos y reconocibles. Esta ficción muestra muy bien lo infantiles y tóxicos que podemos ser todos en las relaciones románticas. Quizás esa es la razón por la que ha gustado tanto -ha contando con gran acogida del público y de la crítica- la mayoría somos -o hemos sido en algún momento de la vida- inmaduros en ese ámbito de la existencia.

El éxito del cine es en un principio identificación. Si la audiencia siente verdadero el discurso que le presentan los realizadores entonces las películas se convierten en un verdadero suceso. Después se aprecian las interpretaciones, la fotografía, la puesta en escena. Antes nos importa mucho más si lo que se cuenta se parece (o no) a lo que somos.

Noah Bauchman escribe y dirige esta cinta protagonizada por Scarlett Johansson, Adam Driver y Laura Dern que, aunque como ya he dicho, se apoya en un sinfín de lugares comunes, no deja de mostrar breves matices reflexivos sobre las relaciones de pareja.

Recordando en muchos aspectos Blue Valentine (2010) de Derek Cianfrance, Historia de un matrimonio es algo así como La despedida (canción de Fito Páez incluida en su álbum Abre de 1999) el epílogo de una historia que no va más. El verdadero capítulo final de la telenovela, el de cierre definitivo.

Muy inteligentemente la película comienza contándonos una historia que parece feliz. El engaño será breve. A pocos minutos del comienzo nos daremos cuenta que estamos ante un relato de horror sobre el divorcio de artistas (un dramaturgo y una actriz) de Nueva York.

Diez minutos después de su inicio el largometraje se hace pesado. No vuelve a cobrar vida hasta más allá de la mitad. Debemos esperar que la película avance para disfutarla porque hay mucha reiteración en las primeras escenas. Además no hay sorpresa. Todo lo que pasa al principio lo esperas.

Otro elemento no tan positivo de Historia de un matrimonio tiene que ver con los personajes. A excepción de los protagonistas, el resto son planos. Un buen ejemplo es el que interpreta (muy bien) Laura Dern. Típica abogada feminista y busca pleitos que ya hemos visto medio millón de veces en otras películas.

A ratos el rol que encarna Scarlett Johansson también es muy evidente, sin embargo, después de la mitad de la película cobra otras dimensiones. Sucede igual con Adam Driver.

Algunas películas son buenas por su final o por el ánimo que se queda en ti después de verlas. Esto pasa con Hisotria de un matrimonio, la cinta se salva a sí misma gracias a sus últimas escenas. Aunque también te deja pensando que Noah Bauchman dedicó dos horas a explorar las razones de las separaciones, para finalmente descubrir que no hay ninguna, más allá del carácter caprichoso de los seres humanos.

@luisauguetol